La cultura se alista al combate político. Después de décadas de activismo, en los últimos meses están creciendo los casos de artistas, escritores o intelectuales que han dado el salto y han decidido convertirse ellos mismos en políticos. Ángeles Caso, Juanjo Puigcorbé o Fernando Delgado, son algunos de los últimos en llegar, son los últimos en salir de la 'torre de marfil' de los artistas, deportistas o famosos y lanzarse al fango de la disputa política. Saltan así de las secciones de cultura o espectáculos de los principales medios, a las de nacional.

El tirón mediático vale su peso en oro en política, aunque también tenga sus riesgos.  El coste de presentar a la ciudadanía a un candidato y levantar esas complicadas encuestas de conocimiento del político por parte de los votantes es siempre elevado. Si tenemos a un artista de moda, a un actor de éxito, seguro que ese problema está, en parte, resuelto. O eso deben pensar los numerosos partidos políticos que están abriendo sus filas a representantes del mundo cultural.

Este tendencia no es nueva, desde luego. No era un primer espada de Hollywood, pero el actor Ronald Reagan (presente en películas como Camino de Santa Fe) se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Y qué decir de la musculada estrella del cine de acción, Arnold Swarzengger, que llegó a ser gobernador de California. Sin ir más lejos, el actual presidente de Haití era un conocido músico en su país, Michel Martelly.

La primera década del siglo XXI mostró a unos artistas españoles, actores y cantantes, bastante activos en política. ¿Quién no recuerda a lo que posteriormente fue conocido como 'los de la ceja'? Cantantes y actores como Miguel Bosé, Fran Perea, Ana Belén, Pedro Almodóvar y otros tantos haciendo el gesto de 'la ceja' con los dedos para mostrar su apoyo a la reelección de José Luis Rodríguez Zapatero en el marco de la Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ). Era la primera vez que un grupo de personalidades culturales se movilizaban de ese modo por un candidato, como sí que había ocurrido ya en EE UU con la campaña de Barack Obama.

La gente del cine, sobre todo, protagonizó una década en la brecha política, sobre todo los de izquierdas. Las protestas por el hundimiento del Prestige, el 'no a la guerra' contra la participación española en el conflicto en Irak o las más recientes protestas contra las políticas culturales y educativas del ministro Wert, que hicieron que éste se ausentara en algunas galas de los premios Goya.

El siguiente paso parece estar claro, la de no conformarse con apoyar, sino participar.

Una candidatura valenciana con 'muy buena letra': Carmen Amoraga y Fernando Delgado. La lista del PSPV-PSOE para las elecciones autonómicas de mayo contará con dos escritores premiados recientemente. Delgado (premio Planeta y reciente Premio Azorín) y Amoraga (premio Nadal) serán respectivamente los números 2 y 3 de la lista socialista. El escritor tinerfeño ha asegurado que "con frecuencia vemos las cosas que pasan sin mojarnos" y cree que si uno tiene la posibilidad, "está obligado" a comprometerse, y reivindica que la política "no es una profesión".

Ángeles Caso, una premio Planeta para Somos Oviedo. Otra premio Planeta entrará en liza en las municipales de mayo, esta vez en Oviedo. Caso es una candidata que propone Podemos para la candidatura de Somos Oviedo, en unión con Equo y otras plataformas. La escritora asegura que no se "ve ejerciendo un cargo político", pero que desea que su participación ayude a "sacar adelante este país y esta ciudad". No es el único caso de participación y apoyo a las listas de Podemos, el actor Alberto San Juan resultó elegido recientemente miembro del Consejo Ciudadano de esta formación en Madrid.

Juanjo Puigcorbé, un 'rey', número 2 de ERC en Barcelona. El conocido actor, recordado por numerosas comedias, tendrá ahora quizá su papel más complicado: ser el lugarteniente de Alfred Bosch en las elecciones a la Ciudad Condal más abiertas que se recuerdan. Es un paso, desde luego: de interpretar al rey Juan Carlos I, a ser parte de las listas de ERC.  "Es un momento decisivo. Tengo muchas cosas que decir. Conozco bien la cultura y puedo aportar cosas", ha asegurado el actor que ha anunciado que "deja temporalmente su profesión". Su nuevo 'jefe' político le ha catalagodo como "nuestro Sean Connery", comparándolo con el célebre actor escocés, simpatizante de la causa independentista de aquella nación.

Luis García Montero, un poeta para lograr la supervivencia de IU en Madrid. El pasado febrero el poeta, profesor y crítico literario Luis García Montero fue proclamado como candidato a la Comunidad de Madrid. Le ha tocado vivir un momento crítico de IU, en concreto en la región madrileña, por la pujanza de Podemos y la división interna sobre si confluir o no con otras iniciativas políticas. No es, desde luego, un recién llegado a la política, ya que ha militado en IU desde su fundación.

Toni Cantó: pionero, otra forma de hacer de política y meteduras de pata en Twitter. De esta nueva hornada de políticos que llegan de la cultura, es fácil situar a Toni Cantó como una especie de pionero. Comenzó en la política local en Vecinos por Torrelodones y luego saltó a la política nacional con UPyD, partido por el que es diputado por Valencia. Cantó se ha hecho notar, lo que ha llevado a provocar malentendidos y polémicas, sobre todo en redes sociales.  En una entrevista en Jot Down, Cantó declaraba "hay gente de la calle que me considera más político. Y otros que van a seguir intentando frivolizar mi trabajo poniéndome la etiqueta de actor como si ser actor fuera algo frívolo, cuando hay actores que les podrían dar sopas con honda a los que están aquí, y al revés". El diputado del PP, Antonio Gallego, mandó por Twitter al diputado de UPyD a que "volviera a la farándula".

Los artistas-políticos parecen tendencia, pero no son todos. Hace unos meses, la cantante Mónica Naranjo declaró en una entrevista en Cadena Ser que "los artistas no deberíamos estar vinculados a la política".

La también cantante Luz Casal, confesaba en este mismo periódico que  no le gustaba dar su opinión "fuera" de su "entorno privado", porque no le gustaba "caer en frivolidades". "Yo no pregunto a la gente que va a mis conciertos qué partido votan o cuál es su religión. Es de una arrogancia y una frivolidad que paso", afirmaba.