Nicolás e Inmaculada luchan para se les retire la condena de 21 meses de prisión y 3.000 euros de multa por los ladridos de sus perras.
La familia García Rodríguez (con cuatro hijos) se mudó a Ambroz (Granada) en 2008. "Todo fue bien", relata Nicolás, "hasta que un vecino comenzó a denunciarnos en 2011 por los ladridos de nuestras perras, Nala y Greta".
En febrero de 2014, el juez les condenó a 21 meses de prisión por tres delitos de lesiones y al pago de 3.000 euros. Además, "nos hemos tenido que mudar de casa porque teníamos miedo a lo que pudiera ocurrir y llevo un año de baja", relata.
El denunciante alegó que había tenido que insonorizar su vivienda y que tanto él, como su mujer y su hija, han sufrido síndrome de estrés postraumático.
Todos han recurrido la sentencia. La Fiscalía, dice Nicolás, "pide 7 años y cuatro meses por un delito contra el medioambiente".
Los hijos de los condenados están recogiendo firmas para que se anule el dictamen. Han conseguido más de 65.000 apoyos en una semana.
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