7.000 alumnos de doce barrios de Madrid tienen sus institutos públicos a 20 minutos de casa

  • Los vecinos de Villaverde, el Ensanche de Vallecas o Legazpi llevan años demandando un centro de Secundaria en su zona.
  • Sus hijos deben ir cada día a otro barrio, distrito o, incluso, a otro municipio.
  • La Consejería de Educación asegura que todos los escolares tienen garantizadas plazas en centros públicos.
  • Los sindicatos denuncian la saturación de institutos como el Alameda de Osuna (San Blas) o el Ciudad de Jaén (Usera).
Obras paralizadas en el IES Manuel Fraga de Sanchinarro (Hortaleza), que acoge también a los alumnos del barrio de Las Tablas (Fuencarral-El Pardo).
Obras paralizadas en el IES Manuel Fraga de Sanchinarro (Hortaleza), que acoge también a los alumnos del barrio de Las Tablas (Fuencarral-El Pardo).
JORGE PARÍS
Obras paralizadas en el IES Manuel Fraga de Sanchinarro (Hortaleza), que acoge también a los alumnos del barrio de Las Tablas (Fuencarral-El Pardo).

Miles de chavales deben madrugar más de la cuenta cada día para poder estudiar la Secundaria en Madrid capital. No lo hacen por gusto, sino porque sus barrios carecen de instituto público, lo que les obliga a caminar entre 18 y 25 minutos para llegar a su destino o a coger el transporte colectivo. Los más 'afortunados' cuentan con sus padres, que condicionan sus agendas laborales para llevarles y recogerles en coche, pero la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) denuncia que esta no es la solución: "Necesitamos más centros".

La situación afecta a doce barrios de siete distritos, enclaves donde hay empadronados unos 7.000 adolescentes de entre 12 y 16 años, según los datos del Ayuntamiento de Madrid.

Butarque (Villaverde) es uno de ellos. Su único colegio público, El Greco, acoge a chicos de Infantil, Primaria y Secundaria, pero la zona carece de un centro exclusivo para los mayores. Los institutos más cercanos están en los barrios de Los Rosales (IES El Espinillo), San Cristóbal (IES San Cristóbal) y la Los Ángeles (IES Ciudad de los Ángeles), a casi 3 kilómetros de distancia y al otro lado de las vías de la línea C-3 de Cercanías.

La situación se repite en el Ensanche de Vallecas, donde el colegio Loyola de Palacio da servicio a los tres ciclos. Para encontrar un instituto, los alumnos de La Gavia y Las Suertes-Valdecarros se ven obligados a desplazarse hasta el Villa de Vallecas, situado en el casco histórico del distrito, o al Santa Eugenia, a 20 minutos de distancia. CC OO denuncia que esta zona está siendo especialmente maltratada por la Comunidad de Madrid: "Se necesita un colegio y un instituto públicos, pero el PP ha preferido ceder suelo a empresas". El distrito tiene tres institutos públicos y siete privados.

Los niños de Legazpi, Palos de Moguer y sur de Atocha (Arganzuela) se ven obligados a escoger entre el IES Isabel La Católica, junto al parque del Retiro, o el Juan de La Cierva, en Pirámides. Los de Montecarmelo (Fuencarral-El Pardo) pueden optar por matricularse en el Santa María la Blanca —privado y gestionado por una fundación católica— si no quieren acudir al Mirasierra, a más de tres kilómetros de sus casas.

Los institutos públicos del distrito de Moncloa-Aravaca son el IES Ciudad de los Poetas, en Valdezarza (a 10 kilómetros), y el Ortega y Gasset, junto al Parque de la Bombilla (a 6 kilómetros), por lo que los residentes en los barrios de Valdemarín, El Plantío y Aravaca prefieren matricular a sus hijos en instituciones privadas o en los centros de Pozuelo.

Para los habitantes de Rejas (San Blas-Canillejas), las alternativas son el IES Las Musas, a más de dos kilómetros salvando la M-40, o el Barajas, en el distrito del mismo nombre y que también pilla lejos a los estudiantes de la zona norte de Corralejos.

El Ayuntamiento pide dotaciones

El documento de inversiones estratégicas del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, elaborado por el Ayuntamiento, eleva a 60 los barrios de la ciudad sin instituto. Los técnicos municipales plantean la necesidad de crear un "sistema integral de dotaciones básicas" en estas áreas que incluya infraestructuras educativas, pero la Consejería de Educación advierte de que la división administrativa en base a la cual se planifican centros es el distrito: "Existe una completa oferta de 112 institutos que garantizan plenamente la escolarización y una educación de la máxima calidad".

El departamento que dirige Lucía Figar defiende que ha eliminado los barracones escolares y que ha construido 432 centros entre colegios, institutos y escuelas infantiles en la última década, pero la FRAVM critica que la falta de planificación ha dejado a vecinos sin servicio y ha provocado la "masificación" de institutos como el Alameda de Osuna (Barajas) o el Ciudad de Jaén (Usera). Por ello, este fin de semana encabezó una manifestación por el centro de Madrid para reclamar "unos equipamientos públicos de calidad".

Las Tablas, sin el IES prometido

Con alrededor de 30.000 vecinos, el barrio de Las Tablas (Fuencarral-El Pardo), lleva más de un lustro esperando el prometido instituto. El proyecto ya cuenta con parcela —entre la avenida del Camino de Santiago y la calle de la Sierra de Atapuerca—, pero Educación considera que "no existe una demanda escolar que justifique la construcción".

Mientras tanto, padres y alumnos deben desplazarse al vecino barrio de Sanchinarro (Hortaleza) para acudir a clase en el colegio Manuel Fraga, cuyas obras de ampliación han quedado detenidas al quebrar la constructora a la que se adjudicó el proyecto.

"¿Dónde van a meter a los chicos, en barracones? Se inventarán cualquier cosa. Habilitarán el gimnasio u otra zona, pero no hay sitio para los que están y los chavales que van a venir", denuncia Rebeca Carrión, presidenta del AMPA. "La próxima semana vamos a entregar a la Consejería las 6.000 firmas que hemos recogido en la plataforma Change.org. La situación en la que nos tienen es vergonzosa", reclama Lorenzo Álvarez, presidente de la Asociación de Vecinos.

A los chavales tampoco parece hacerles mucha gracia la situación. Para Samuel (nombre ficticio), lo peor es el madrugón: "Tengo que levantarme media hora antes para coger el Metro Ligero y llegar a tiempo a clase". A Dani, su compañero, lo que más le molesta es el patio del Manuel Fraga. "Hay una parte vallada por las obras. "Cuando salimos al recreo hay mucha gente y es difícil para jugar al fútbol", refunfuña.

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