Ocho personas (siete hombres y una mujer) han fallecido y otra ha resultado herida muy grave este martes en un tiroteo que se ha producido a primera hora de la tarde en un bar de la localidad de Uhersky Brod, situada en el extremo oriental de República Checa.

Según informan medios checos, el autor del tiroteo ha sido un hombre, de unos 60 años y con problemas mentales, que abrió fuego con su arma en el restaurante Druzhba y más tarde se refugió en el baño.

En el local había en ese momento al menos 20 personas y el presunto agresor realizó dos decenas de disparos.

El portal de noticias iDnes.cz aseguró que la policía había logrado neutralizar al tirador, aunque otros medios locales indicaban que fue abatido a tiros por los agentes. Horas después, se desveló que se había suicidado.

El ministro del Interior, Milan Chovanec, confirmó a la agencia CTK que el presunto autor de los disparos fue "neutralizado". Chovanec confirmó ocho muertos, aunque apuntó que podría haber más.

Este es el acto de violencia con mayor número de víctimas en el país centroeuropeo en los últimos diez años. Desde el principio se descartó categóricamente que fuera un atentado terrorista.

Patrik Kuncar, alcalde de esta localidad de 17.000 habitantes fronteriza con Eslovaquia, precisó que el autor de los disparos presentaba síntomas de sufrir alguna "perturbación" y "tenía en su poder dos armas de fuego". Contaba con licencia de armas. "Hay en la ciudad ambiente de miedo y la gente está aterrorizada", añadió el primer edil. El restaurante se encuentra junto a la plaza de los Eslavos, la más céntrica de Uhersky Brod. "La acción estaba mínimamente preparada, pues el hombre llegó al restaurante a la hora de comer", señaló también Kuncar.

Un testigo, que estaba en el lavabo durante el tiroteo, declaró que "el sospechoso comenzó a disparar indiscriminadamente".

Se sabe que, minutos antes del ataque, a las 12.56 horas, el presunto autor del tiroteo llamó por teléfono a la cadena de televisión privada Prima y avisó de sus intenciones. "Nos dijo que tenía grandes problemas con muchas personas, que muchos le hacían daño y que no tenía otra salida, ya que las oficinas públicas no le ayudan y que, como tenía pistolas, lo iba a solucionar a su modo", según explicó Pavel Lebduska, redactor de la cadena Prima. "Me di cuenta de que el hombre no estaba bien de la cabeza y llamamos enseguida a la Policía", añadió.

La policía estableció un cordón de seguridad de unos cien metros, que luego fueron ampliados, de manera que el centro de la localidad quedó inaccesible. Testigos indicaron que la policía desplegó unidades especiales y varias ambulancias se desplazaron para trasladar a los heridos al hospital.