El aluvión de manifestaciones y protestas que tuvieron como escenario las calles de Santiago estos últimos meses ha dado al traste con la limpieza de la ciudad. Las asociaciones de vecinos se quejan del incremento de pintadas y graffiti en las paredes de los edificios, incluso en zonas protegidas del casco antiguo.
Afirman que los efectivos policiales son insuficientes ante avalanchas de miles de personas y residentes y empresarios exigirán al Ayuntamiento un incremento de las sanciones por pintar las calles, tal y como ya se hace con las personas que orinan en plena vía pública.
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