Carleton Watkins, de víctima de la fiebre del oro a primer y magistral fotógrafo de Yosemite en 1861

  • Nacido en Nueva York y carpintero de profesión, Watkins fue uno de los cientos de miles de personas que emigraron a California tras la fiebre del oro de 1949.
  • Cuando fracasó en la búsqueda y mientras se dedicaba a vender material para minería descubrió el sublime valle de Yosemite y se empeñó en mostrarlo.
  • Aprendió fotografía, organizó una expedición de 12 mulas con mil kilos de equipo e hizo entre 1861 y 1866 las que todavía son las más bellas imágenes del lugar.
  • Las fotos, que ahora exhibe el MET,  fueron definitivas para declarar Yosemite 'inviolable' en 1864 e iniciar el trámite del primer parque nacional del país.
La 'media cúpula' (1.448 metros casi en vertical desde la base del valle) en una foto de Carleton Watkins
La 'media cúpula' (1.448 metros casi en vertical desde la base del valle) en una foto de Carleton Watkins
Lent by Department of Special Collections, Stanford University Libraries
La 'media cúpula' (1.448 metros casi en vertical desde la base del valle) en una foto de Carleton Watkins

La historia de Carleton Watkins (1829-1916) es la de una fascinación y un compromiso. Desde que visitó por primera vez la cadena de valles de Yosemite, en las laderas orientales de las serranías del norte de California quedó tan trastornado por la belleza sublime de la zona que se propuso a sí mismo mostrarla al resto del mundo. Para conseguirlo aprendió fotografía y recorrió la región durante cinco años. Pese a que ha sido retratada por centenares de grandes fotógrafos, las de Watkins siguen siendo las imágenes más descriptivas de la majestuosidad del lugar.

Carleton Watkins: Yosemite, en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (MET) hasta el uno de febrero, muestra una selección de las imágenes de las expediciones del pionero, que se internó en Yosemite con una caravana de 12 mulas y mil kilos en equipo. Usaba una gigantesca cámara estereoscópica de placas de 18 por 22 pulgadas (48,7 por 55,8 centímetros) que, mediante la mezcla de dos imágenes en un visor, una para cada ojo, produce el efecto de estar viendo una foto en tres dimensiones.

El exquisito detalle de las fotos, que mostraban por primera vez en otros lugares del mundo la inmensidad y grandeza de Yosemite, los valles glaciares, cascadas, enormes paredes de roca vertical y majestuosas sequoias, árboles que viven entre 2.000 y 3.000 años y pueden alcanzar los cien metros de altura, hicieron que aquella zona todavía desconocida se convirtiese en un objeto de deseo colectivo. El presidente Lincoln, que conoció Yosemite por las imágenes de Watkins, declaró la región como "inviolable" mediante un decreto y en 1890 se convirtió en el primer parque natural de los EE UU.

La Media Cúpula, mole granítica

Entre las 36 fotos de la exposición del MET —forman parte del álbum Photographs of the Yosemite Valley, una pieza única depositada en el departamento de colecciones especiales de la Biblioteca de la Universidad de Stanford— destaca la del Half Dome (literalmente, Media Cúpula), una mole granítica de forma redondeada en la cima y laderas casi verticales que se eleva 1.440 metros sobre el nivel base del valle y lo doble sobre el del mar.

Watkins, dicen desde el MET, viajó a través de un terreno "extremadamente empinado y peligroso" para producir la serie de vistas, que revelaba mediante el arduo proceso del colodion húmedo. Fue debido en parte al "arte y belleza agreste" de las fotografías que el presidente Lincoln, con el país embarcado en una brutal Guerra Civil, se decidió a fijar la "meta política de compartir con la república" al completo el ideal optimista de un sistema de parques nacionales públicos cuyo primer ejemplo sería Yosemite.

300.000 víctimas de la fiebre del oro

Nacido en Nueva York y carpintero de profesión, Watkins fue uno de los miles de embaucados por la llamada fiebre del oro de California de entre 1848 y 1955, un bulo social y mediático que empujó a la emigración hacia el oeste de los EE UU a unas 300.000 personas de todo el mundo. Una vez llegado a San Francisco y convencido del engaño, Watkins montó una empresa de venta de material para minería y, al mismo tiempo, empezó a aprender fotografía por su cuenta. Cuando la primera ocupación le obligó a pasar por Yosemite, tuvo clara su misión en la vida.

Watkins tuvo éxito: comercializó postales de las fotos y llegó a mostrarlas en la Exposición Internacional de París de 1868. Litigó con empresas que pirateaban su obra, pero esta vez tuvo suerte y logró demostrar la autoría. Hizo muchos otros trabajos [en esta web hay una recopilación rigurosa y casi completa], montó un estudio en San Francisco que resultó destruido por el gran terremoto de 1906 y murió a los 86 años.

La otra gran personalidad relacionada con la defensa del parque natural fue el naturalista vocacional John Muir (1838-1914), a quien se le conoce habitualmente como el Apostol de Yosemite. Fue un místico nacido en Escocia que vivió gran parte de su vida en una rústica cabaña en medio de lo que hoy es el territorio del parque y escribió decenas de artículos y opúsculos defendiendo la necesidad de proteger el enclave. Formuló un consejo de imperedera vigencia: "Mantente cerca de corazón de la naturaleza y su clara ruptura de las distancias. Sube de vez en cuando una montaña o pasa una semana en el bosque. Tu espíritu regresará totalmente limpio".

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