Hace menos de dos meses falleció electrocutado un trabajador de 66 años en Arganda mientras manipulaba cableado. En septiembre, la caída de un cascote durante la rehabilitación de un edificio en el barrio de Salamanca le costó la vida a otro trabajador de 43 años al golpearle en la cabeza. En las obras de un aparcamiento de la capital, cuatro obreros resultaron intoxicados en agosto por monóxido de carbono.

Los accidentes laborales han experimentado un repunte en la Comunidad de Madrid en los diez primeros meses de 2014. Entre enero y octubre de este año se han registrado un total de 64.040 accidentes laborales por los 62.593 que se produjeron en el mismo periodo del año anterior, lo que supone un subida del 2,3%, según los datos oficiales de siniestralidad laboral del Gobierno regional. Es la primera vez que los accidentes laborales crecen en la región en los diez primeros meses del año desde 2006. En este periodo han crecido los accidente leves (+2,3%) y graves (+0,7%) y se han reducido los mortales (-17,6%). El repunte es mayor que la subida (+1,4%) del número de trabajadores ocupados en el mismo tiempo, que han pasado de 2.706.200 a 2.746.200, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

"La principal causa de esta situación es la precariedad que ha originado la aprobación de la reforma laboral (2012). Ahora los trabajadores no denuncian tanto las irregularidades que se producen en sus trabajos por miedo al despido", señalan fuentes del sindicato UGT. "Trabajan más tiempo, con más responsabilidades y en peores condiciones. Muchos accidentes se producen por el agotamiento del trabajador", añaden.

"El aumento de los contratos a tiempo parcial es clave. A los trabajadores contratados por tres o cuatro horas apenas se les da formación. Este es el caldo de cultivo de los accidentes laborales", apuntan desde Comisiones Obreras.

Otro de los motivos que han propiciado este repunte es la subcontratación entre empresas. "Normalmente cuando subcontratas un servicio no existe una coordinación en prevención de riesgos laborales entre la empresa principal y la subcontratada", afirma UGT. "La subcontratación supone un abaratamiento del coste para el empresario, que recurre a trabajadores menos formados a los que paga menos y exige los mismos resultados", confirma CC OO.

UGT también denuncia la falta de inspectores para detectar las irregularidades laborales: "En Madrid solo hay un inspector de trabajo por cada 27.700 trabajadores. Si hablamos de empresas uno por cada 5.000". El sindicato calcula que en la región hay 99 inspectores de trabajo, nueve menos que en 2009.

Desde la Comunidad de Madrid indican que el aumento "se debe, sobre todo, a accidentes que se producen 'in itínere', es decir, accidentes en el trayecto desde el domicilio del trabajador hasta llegar al centro de trabajo o viceversa". Además, señalan que este año "el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo ha incrementado en un 15% el número de campañas de asesoramiento en prevención de riesgos laborales dirigidas a empresarios y trabajadores". La partida económica para este organismo ha sufrido una reducción de casi el 5% de 2013 (19.925.406) a 2014 (18.954.444), según figura en los presupuestos del Gobierno regional.

El sector servicios, donde hay más personas ocupadas, en concreto 2.339.400, según los últimos datos de la EPA, es en el que se han producido más accidentes laborales en los diez primeros meses del año en la Comunidad de Madrid, con 41.091, un 3% más que en el mismo periodo del año anterior. Le siguen el sector de la Industria, con 6.071 accidentes laborales (emplea a 245.200 personas), donde ha bajado un 1,8%, la Construcción, con 5.161 (149.600), en la que ha disminuido un 3,2%, y la Agricultura, con 225 (12.000), que ha experimentado una bajada del 12,4%.

Gregorio Rodríguez realizaba las labores de limpieza en una imprenta de Alcalá de Henares. Entre sus obligaciones estaba la de limpiar cada 15 días el tejado, donde los canalones se obstruyen con hojas cada vez que llueve. "A mí no me importaba subirme al tejado, pero pedí a la encargada que me facilitara algún tipo de equipo de seguridad. Me dieron una bolsa y un cepillo y me dijeron que no era posible, que intentara no caerme", recuerda Gregorio, que tiene una minusvalía reconocida de un 43% en la cadera izquierda, sobre ese fatídico 21 de enero de 2014.

"Al pisar se rompió el tejado y caí al suelo desde unos diez metros. Estuve cinco días en coma y 18 en la UCI. Me rompí 16 costillas y me afectó al bazo, al pulmón y al riñón. Incluso tuvieron que hacerme una traqueotomía para poder respirar", explica Gregorio, que desde entonces acumula 14 operaciones, cinco de ellas en la pierna derecha, donde ahora lleva una prótesis. "La empresa está denunciada y veremos qué pasa. Ahora mismo no puedo hacer esfuerzo ni coger peso ni agacharme. No creo que pueda volver a trabajar. Me han destrozado la vida", sentencia resignado.

Pero lo que más preocupa a Gregorio es que vuelva a suceder algo parecido: "Me pude matar. Afortunadamente estoy vivo y puedo contarlo. No quiero que le vuelva a pasar a nadie. Me han informado de que la empresa proporciona ahora a los trabajadores de limpieza un arnés para subir al tejado".