Los catálogos de venta falsos de Robert Heinecken con Polaroid

  • La obra irónica del 'parafotógrafo' estadounidense llega a Europa con la exposición 'Lecciones sobre el posado de modelos'.
  • Fallecido en 2006 a los 74 años, Heinecken era un apropiacionista que robaba imágenes de revistas, folletos o publicidad y las remodelaba.
  • Ironizaba sobre las 'rarezas' de los EE UU: la televisión como 'pornografía', las revistas como vertedero cultural, los 'media' como santificadores de ideología...
Seis de las fotos Polaroid de Robert Heinecken
Seis de las fotos Polaroid de Robert Heinecken
The Robert Heinecken Trust
Seis de las fotos Polaroid de Robert Heinecken

Más conocido tras su muerte en 2006, a los 74 años, que durante su vida, que dedicó a pilotar aviones de combate militares y, sobre todo, a ejercer como docente —fundó en 1964 el departamento de fotografía de la University of California, Los Angeles (UCLA), una de las mayores de los EE UU—, la obra de Robert Heinecken ha comenzado a ser recurrente en los circuitos artísticos durante los últimos años. En marzo de 2014, el MoMA de Nueva York le dedicó una antología y ahora llegan a Europa las series que realizó con cámaras Polaroid.

Lessons in Posing Subjects (Lecciones sobre el posado de modelos), en la Open Eye Gallery de Liverpool (Reino Unido) hasta el 11 de enero, presenta los no demasiado conocidos experimentos de este artista que gustaba ser llamado "parafotógrafo" —es decir, explicaba, situado "detrás" o "más allá" de la fotografía tal como la entendemos— con la cámara Polaroid SX-70, la primera réflex SLR (de una sola lente) fabricada por la compañía. Entre 1977 y 1982, Heinecken usó el aparato para producir falsos catálogos de venta, es decir, reflexiones sobre la cultura del consumo y su lenguaje.

Diálogos absurdos

Como en casi todas sus obras, las imágenes no son en origen del fotógrafo, sino que proceden de revistas, publicaciones o folletos. El artista las cortaba,  pegaba y remuestreaba, añadiendo luego textos, escritos a máquina o a mano, que reproducen, en tono absurdo, el diálogo entre una pareja. El último paso era retratar con la SX-70 el conjunto final.

Heinecken, que pocas veces salió a la calle para hacer una foto (prefería robarlas, era un apropiacionista), despreciaba las escuelas o técnicas al uso y se interesaba por las "rarezas" de la cultura y el modo de vida estadounidenses, sobre todo en lo referido a los media como santificadores de la ideología dominante, las revistas como vertedero de imaginería contemporánea y la televisión como gran retransmisor de pornografía.

Sugestivas según la publicidad

El temario del artista explora el kitsch, el sexo, el cuerpo, el género y la identidad. Las Polaroid son seductoras —mujeres y hombres en ropa interior, detalles de caderas, brazos y piernas, retratos sugestivos según los usos de la publicidad menos inteligente...—, pero no es posible olvidar que se trata de refotografías, imágenes de imágenes, presentadas, además, con un afán entre comercial y didáctico que las convierte en provocación pura.

El parafotógrafo, que murió por una neumonía en un geriátrico de Albuquerque (Nuevo México) en el que estaba internado por Alzheimer, gustaba de hablar de sí mismo como un "guerrillero" y de su trabajo como una "guerra de humor sin consistencia racional".

Los informes de sexología de Shere Hite

En la exposición de Liverpool se muestran piezas de una de sus obras de mayor sorna, los collage de la serie The Hite/Hustler Fashion Beaver Hunt, que componía con recortes de la revistas porno Hustler y Beaver Hunt (ésta publicaba las fotos que enviaban los lectores) mientras jugaba con las conclusiones de los informes sobre sexología femenina de Shere Hite, best sellers en la década de los setenta.

Nacido en Denver e hijo de un pastor luterano, la obra más conocida de este subversor que no hacía ascos a que sus imágenes fuesen llamadas  fotopoemas o fotopuzzles quizá sea Are You Rea (1966-1967), compuesta por 25 imágenes sobreimpuestas de fotografías publicitarias o informativas tomadas de 2.000 ejemplares de revistas de gran circulación.

Para hacer cada foto, Heinecken colocaba una fuente de luz tras las páginas de la publicación y hacía un negativo de la combinación al trasluz del reverso y el anverso. El resultado es, pese a que no existe intervención ideológica por parte del artista, sarcástico: un anuncio de una crema solar se combina con una marca de espagueti, un artículo sobre John F. Kennedy  se superpone con publicidad de alfombras...

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