Las elecciones de 2015 y las alianzas condicionarán la negociación a partir del 10-N

  • Cualquier posible acuerdo entre los presidentes español y catalán tendrá en cuenta la proximidad de las elecciones generales y municipales.
  • A partir del 10-N se abren tres grandes escenarios: negociar una reforma constitucional, unas plebiscitarias a modo de referéndum en Catalunya o un Govern de concentración CiU-ERC.
  • A partir del 9-N el proceso soberanista catalán se va a internacionalizar cada vez más, sobre todo, si no hay acuerdo entre el gobierno español y catalán.
  • El País Vasco seguirá de cerca las negociaciones Rajoy-Mas, que podrían determinar incluso posibles alianzas postelectorales en las generales y un cambio de socio de CiU en el Parlament.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, se saludan a petición de los medios de comunicación antes de empezar la última reunión que mantuvieron en la Moncloa.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, se saludan a petición de los medios de comunicación antes de empezar la última reunión que mantuvieron en la Moncloa.
PACO CAMPOS / EFE
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, se saludan a petición de los medios de comunicación antes de empezar la última reunión que mantuvieron en la Moncloa.

El 9-N da paso ahora al 10-N. El proceso participativo sobre el futuro de Catalunya, que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha calificado de "éxito total", le da alas ahora para abrir una negociación con el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, que, en cambio, considera que ha sido un ejercicio "inútil" sin "ninguna repercusión".

Este martes, según ha revelado el propio Mas, empezará a explicar públicamente los pasos que dará y, en 15 días, anunciará toda su estrategia. El primer contacto se hará por carta, tal como anunció Mas, para dejar constancia del gesto de diálogo, pero, cualquier ofrecimiento de pacto, ya no se podrá leer en clave estrictamente catalana, sino española, dado que las elecciones municipales y generales están cerca y, a parte, algo parece moverse también en Euskadi.

A partir de este 10-N se abren, básicamente, tres grandes escenarios en el mapa político español y catalán, que dependerán de si fructifican o no las negociaciones entre Rajoy y Mas (si, finalmente, llegan a dialogar tras las votaciones del 9-N).

1.Rajoy se aviene a una reforma constitucional. Si se compara el 9-N en términos de gobiernos, la consulta alternativa ofrece un empate técnico entre Mas –que ha cumplido la promesa de que los catalanes voten, aunque no sea  oficial– y Rajoy –que ha hecho todo lo posible para evitar una consulta vinculante–, dos posiciones con las que ambos parten con la suficiente cobertura de cara a una negociación.

No hay que olvidar que el Tribunal Constitucional dio un toque de atención a ambos dirigentes en una de sus sentencias conminándoles a buscar una solución política. Pocos días antes del 9-N, Rajoy se mostró dispuesto, por primera vez, a una reforma de la Constitución, siempre y cuando no fuera cosa solo de PP y PSOE. Una negociación en estos términos, para Mas, siempre debería desembocar en un referéndum.

Una propuesta de una España federal o confederal se podría someter a consulta en todo el país, con el aval socialista y con el alivio de UDC. Esto podría llevar a dos escenarios: en Catalunya, Mas podría aprobar los presupuestos de 2015 con el apoyo del PSC –quien también está negociando con CiU en el Ayuntamiento de Barcelona y que apoya una consulta pactada con el Gobierno español, como Josep Antoni Duran i Lleida (UDC)–; y, en el conjunto de España, Rajoy dejaría aparcado el frente del conflicto catalán antes de las municipales y las generales, ya que no puede batallar con Podemos ocupándose a la vez de los casos de corrupción, el ébola, los recortes sociales, la situación de Catalunya... Además, Podemos no se opone a las consultas ciudadanas.

2. Elecciones plebiscitarias con lista unitaria soberanista. Si Rajoy prefiere la estrategia de no negociar –el PP ha comparado el 9-N con el levantamiento de «un muro»– y pensar en posibles alianzas postelectorales con UPyD para hacer frente a Podemos y a CiU-ERC, Mas se vería abocado a unas plebiscitarias, posiblemente, con una lista unitaria con ERC. En la práctica, el president plantearía los comicios como un referéndum oficial.

El fleco que debería solucionar con Esquerra son los tiempos, ya que UDC –socio de CDC en la coalición nacionalista CiU– se opone a una declaración unilateral de independencia, que es la apuesta de ERC. Esta lista unitaria podría estar liderada por personalidades catalanas del mundo de la cultural, del deporte y demás.

3. Gobierno de concentración. Si Mas y Rajoy no se entienden, en Catalunya, el presidente de la Generalitat podría apostar por un gobierno de concentración –apoyado por la Assemblea Nacional Catalana– para apuntalar mejor unas posibles plebiscitarias.

Es difícil que CiU se la juegue sola a unas elecciones autonómicas anticipadas, puesto que las encuestas favorecen a ERC, pese a que, al final, se ha acabado imponiendo el 9-N alternativo de Mas. No hay que olvidar que, en Barcelona, CiU y ERC también buscan pactar los presupuestos municipales de 2015. Y es que, a partir de este 10-N, todo se negociará con las luces largas.

El proceso se internacionalizará aún más

Este 9-N ha llegado en Catalunya precedido de tres años de reivindicaciones con eco fuera de España (la manifestación del 11-S, la Via Catalana y la V gigante de la última Diada). Observadores internacionales han seguido las votaciones del 9-N, que han contado con 120 medios de comunicación extranjeros, y se ha podido votado en otros países.

Artur Mas hace sus declaraciones también en inglés y los ciudadanos han podido firmar el manifiesto del Parlament para pedir a la ONU y otros organismos el derecho a un referéndum. A partir del 10-N, la internacionalización del conflicto se agudizará aún más.

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