La Justicia de Bolivia ha condenado este lunes a 17 años de prisión a Grover Morales, el ciudadano de este país que secuestró a una menor marroquí en Barcelona en 2013 y a la que mantuvo cautiva en la selva boliviana durante siete meses. Según la sentencia, el juzgado del departamento central de Cochabamba encontró a Morales culpable de los delitos de trata de personas y abuso sexual.

Al mismo tiempo, el auto del juez establece que Morales deberá cumplir la condena en la cárcel de alta seguridad donde ya se encontraba en prisión preventiva desde que se conoció el caso el pasado mes de marzo, tras una operación conjunta de las policías boliviana y española que acabó con siete meses de cautiverio de la menor en penosas condiciones en una zona selvática del corazón de Bolivia.

La niña, de nombre Nada, que residía con sus padres en Barcelona, viajó en avión hasta Bolivia en agosto de 2013 con su captor, supuestamente con autorización de sus progenitores, que, nueve días después, denunciaron ante la policía la desaparición de su hija tras perder el contacto con ella.

Desde su llegada a Bolivia y durante siete meses, Grover Morales hizo pasar a la pequeña por su mujer y la obligó a trabajar en explotaciones cocaleras y en mercados en la zona de El Chapare, cerca de Cochabamba. La niña también tuvo que recorrer a pie largas distancias selva adentro obligada por su secuestrador, quien trataba de huir de la continua presión policial.

El rescate, que contó con el respaldo de la Embajada española en Bolivia, entrañó gran complejidad, ya que la niña estaba cautiva en una zona de difícil acceso. A su llegada a España, el pasado 17 de marzo, la menor ingresó de forma preventiva en un centro de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia dependiente de la Generalitat catalana, después de que un juez imputara a sus progenitores por un delito de abandono de familia.