Cuando la gente que va al fútbol no se comporta, obliga a reforzar la seguridad en los estadios de manera que ya no se sepa quién es el que mira ni quién es el observado. El Celta acaba de mejorar todo su sistema de videovigilancia para impedir que aquí pasen cosas como el lamentable espectáculo del botellazo a Juande Ramos en el campo del Betis. Balaídos estará, pues, vigilado por dentro y por fuera gracias a una red de 80 cámaras de vídeo que emitirán imágenes en tiempo real, colocadas tanto en las gradas como en los aledaños.
Con ello se ha conseguido eliminar los puntos negros y mejorar la nitidez. Además, se han instalado más monitores en la sala de control (hasta 14) y se ha incrementado el número de videograbadoras para la copia de imágenes.
Se trata de una medida adoptada por la Liga de Fútbol Profesional, con el fin de evitar incidentes en los estadios de Primera.
Mientras, el equipo celeste sigue esperando el informe técnico que determine si el estadio se reforma o se traslada a la futura ciudad del deporte en Valadares. En Idom, la empresa que lleva el estudio, estiman que estará listo «a finales de abril».
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