Veranear en las playas gallegas cuesta hasta 6.000 euros al mes

Es el precio de un alquiler en Sanxenxo. A Coruña, Baiona y A Toxa superan los 3.000. La mayoría de los inquilinos son madrileños.
El alquiler de un piso en primera línea de playa en Sanxenxo rondará este verano los 6.000 euros al mes. Si el turista prefiere A Coruña, levantarse cada mañana y ver por la ventana el arenal de Riazor supondrá un desembolso de 3.700 euros. Son los dos casos más caros de Galicia, seguidos de cerca por la Illa de A Toxa, con unos precios de 3.500 euros por una vivienda de 100 metros cuadrados.

En las próximas semanas, las consultoras inmobiliarias presentarán sus informes anuales sobre los alquileres de verano. Firmas como Tecnitasa, Sociedad de Tasación y Aproin coinciden en señalar que Galicia es una opción al alza para madrileños y andaluces.

También creen que los precios se moderarán un poco este año.

Con todo, los costes en cualquier parte del litoral gallego seguirán estando muy por encima de un alquiler normal.

En A Coruña, al margen de la capital de provincia, tienen cada vez más tirón municipios del área próxima a Ferrol y de la Costa da Morte, como Fisterra y Laxe. Los precios caen en estas localidades a los 1.500-1.800 euros al mes por un piso de 100 metros cuadrados.

En la provincia de Pontevedra, Baiona y Praia América son otros dos destinos muy demandados y los precios del alquiler oscilan entre los 2.000 y los 3.000 euros. Lo más caro es Sanxenxo, un lugar que, por coste y atractivos, se ha situado al nivel de Ibiza, la Costa Brava y Mallorca.

Al margen de las playas, los turistas valoran de Galicia su gastronomía y la posibilidad de hacer visitas culturales a ciudades como Santiago. Esto, unido a un clima sin temperaturas extremas, es lo que agradecen cada vez más españoles.

Cerco a los alquileres negros

La Agencia Tributaria intensificará este año los controles sobre los alquileres no declarados en las costas gallegas. Los municipios con mayor demanda inmobiliaria serán también los más vigilados, para reducir los niveles de fraude. Un equipo de inspectores hará un trabajo puerta a puerta, pidiendo datos de forma personal a los turistas que acudan a Galicia. Y no es este el único problema del sector.

Los últimos casos de corrupción en la provincia de Lugo pueden acarrear problemas en la próxima temporada de verano. El año pasado, Foz, Barreiros y Ribadeo registraban precios mensuales similares a los de la Costa da Morte.

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