El Canalejo diagnostica en un año 16 casos de sífilis

El Canalejo lo califica un «problema de salud de primer orden» y reclama para Galicia unidades especializadas en enfermedades de transmisión sexual.

«Estamos viviendo un problema sanitario de primer orden». El jefe del servicio de Dermatología del Hospital Juan Canalejo, Eduardo Fonseca, definió así ayer la alarmante subida de casos de sífilis en la ciudad. En 2006 fue diagnosticada esta  enfermedad de transmisión sexual a 16 coruñeses, cuando hace más de diez años que se consideraba una infección  anecdótica.

Fonseca, que presentaba la sexta edición del Simposio de dermatología en Palexco, explicó que el «preocupante» brote detectado «es extrapolable a Galicia» y que se debe «a una relajación en prevención sexual» y a la «promiscuidad» en grupos de riesgo.

El origen está en «relaciones homosexuales» entre hombres «con alto nivel de vida, que viajan mucho y pueden mantener hasta 50 relaciones sexuales semanales». La cadena de transmisión continuaría en relaciones bisexuales y heterosexuales, afectando a mujeres.

En A Coruña, de los 16 casos detectados –cuyas edades oscilan entre 17 y 71 años de edad–, 14 son varones, la mitad de ellos homosexuales y algunos además portadores del sida.

El problema se está agravando paulatinamente, pues hay constancia en la comunidad autónoma de un caso congénito en una  embarazada que transmitió la sífilis a su futuro bebé.

Por si fuera poco, el sistema sanitario tampoco está en las mejores condiciones para luchar contra este panorama. «La formación práctica de infecciones de transmisión sexual es casi nula» en los especialistas, señala Eduardo Fonseca, por lo que «se diagnostican como eczemas, hongos o alergias casos reales de sífilis».

La solución para atajar este brote a tiempo estaría en la creación de «una red de unidades médicas en cada hospital», también para el resto de enfermedades de transmisión sexual. La medida serviría para propiciar una atención sanitaria que no pueden dar los médicos de cabecera, a los que «la gente no se atreve a acudir».

Curarse sólo cuesta 30 euros

Lo difícil de la sífilis no es curarla, sino diagnosticarla. Para eliminarla basta con una inyección de penicilina que, con el análisis previo, cuesta 30 euros. Pero antes hay que detectarla. Se transmite por vía sexual, a través de erupciones o ‘chancros’ que surgen en los genitales, pero que también pueden salir en la boca y se confunden fácilmente con otras dolencias, por lo que puede pasar desapercibida. Hay casos incluso en que la enfermedad no se manifiesta en la piel, lo que complica aún más su diagnóstico. Si no se cura, con el paso de los años puede llegar a provocar daños graves en órganos internos e incluso –aunque no es nada frecuente– la muerte.

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