Multitudinaria batalla campal bajo la lluvia

Las calles del Casco Vello y la Porta do Sol fueron un hervidero de paraguas y gente.
El mal tiempo no logró estropear la fiesta.
Vigueses entrando por la puerta de la Gamboa, en uno de los momentos de la representación de ayer. (Laura González)
Vigueses entrando por la puerta de la Gamboa, en uno de los momentos de la representación de ayer. (Laura González)
Vigueses entrando por la puerta de la Gamboa, en uno de los momentos de la representación de ayer. (Laura González)
Los vigueses siempre ganan. Cada vez que la ciudad suma fuerzas no hay francés que se le resista y ayer, una vez más, Vigo gritó a coro su tradicional au revoire mirando al mar.Ni siquiera los chaparrones que cayeron durante la tarde pudieron estropear la fiesta grande del Casco Vello y las tropas dirigidas por Carolo, Vázquez Varela y Cachamuíña derrotaron de nuevo a las huestes de Chalot, que, en esta ocasión, pudieron huir en barco.

Desde primera hora de la mañana, y coincidiendo con la procesión de la Borriquita y la bendición de los Ramos, miles de personas se dieron cita en el barrio antiguo de la ciudad para disfrutar del mercadillo, de la comida y de las múltiples actuaciones musicales programadas durante todo el día.

Tras la escenificación de la batalla, que comenzó alrededor de las 17.30 horas y tuvo que hacer frente al peor de los enemigos, la lluvia, los vecinos y asistentes continuaron la fiesta hasta bien entrada la noche.

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