Es uno de los nombres más respetados y vendedores del flamenco actual. Con casi una veintena de discos publicados, la aportación de José Mercé al género acaba de ser reconocida por el Mediterranean Music Institute, un organismo dependiente de la prestigiosa universidad musical Berklee College of Music (Boston), que también distinguirá este año a Pepe Habichuela. Al visitar la institución que le concede el premio, "flipó en colores".

Comparado con EE UU, ¿España es un país poco musical?

España es un país de chillidos donde la cultura es una cosa secundaria. Los políticos están haciendo mucho daño al flamenco, no le hacen ni caso. Cualquier país del mundo le tiene más consideración que el nuestro.

Desde 2010 el flamenco es Patrimonio de la Humanidad. ¿En qué cree que esto ha ayudado?

Por ahora, no he notado nada. Lo único que he notado es el 21% del IVA que el Gobierno ha metido a la cultura, eso sí.  Si antes una entrada costaba 40 euros, ahora se pone en 56. ¡Van a ir solo tres o cuatro al teatro y a los conciertos!

¿Cómo se hace flamenco actual sin traicionar la esencia?

El flamenco actual es el de siempre, lo único que se puede hacer, y que hacemos, es refrescarlo.  No lo traicionamos. Con respetar y conocer su base, saber que es cultura del pueblo para el pueblo, es suficiente.

¿No hay que temer que con tanta fusión pueda romperse?

Se trata de una música de raíces y por eso va a permanecer siempre y, a la vez, nunca va a estar de moda. La moda en el flamenco no existe. Puede estar más alto o más bajo, a un lado o a otro, pero de moda, no. Es arte eterno.

¿La calidad de un músico se mide por las copias vendidas?

No, la calidad se mide y se siente en un escenario. Un disco hoy lo hace cualquiera gracias a la tecnología. El artista, sin embargo, tiene que demostrar su peso en directo.

Y usted, ¿por qué sí vende?

He tenido la gran suerte de vender porque una multinacional decidió que se hiciera con mi disco Aire una campaña de marketing como las que suelen hacer para los artistas de pop. Con promoción, el flamenco también vende. Así de claro te lo digo.

¿Qué puentes le quedan al flamenco por cruzar?

Muchísimos. Es tan rico que puede casar con cualquiera. Y lo mejor es que no responde a reglas fijas ni a partituras. Yo lo siento mucho, pero para mí la partitura es música muerta porque con ella siempre tocas lo mismo. En el flamenco, la misma letra o la misma armonía puede sonar diferente de una vez a otra. El flamenco es improvisación.

La universidad que les premia cuesta más de 10.000 dólares al semestre ¿Qué piensa usted, cuya escuela fue la calle?

Es una barbaridad pero tengo entendido que se dan muchas becas para estudiar allí. Yo estuve visitando el centro y flipé en colores. Es impresionante ver a niños de apenas 14 o 15 años produciendo música, con su mesa. ¡Y de qué forma! Se pasaban allí horas y horas.

¿Entonces la calle no es la mejor escuela?

Para la música de raíz, sí, pero al principio. Luego hay que aprender. ¡Ya me hubiera gustado, después de haber aprendido en la calle, el haber ido a Berklee!

Flamenco, toros y tapas, ¿al flamenco le ha perjudicado ese tópico?

La época del turismo en la Costa Brava, que luego se pasó a la Costa del Sol, ha hecho mucho daño. Allí iban los guiris, les ofrecían una actuación en un tabladillo en la playa, les cantaban cualquier cosa, y a eso le llamaban flamenco. Afortunadamente se empezaron a hacer los grandes festivales y ya aquello no era la única oferta.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Estoy trabajando en una antología de flamenco, que estoy costeando yo, con diez o doce CD, para que el día de mañana se sepa de dóde viene el cante.

Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1955. Debutó muy joven, pero el gran reconocimiento del publico no le llegaría hasta 1999, con el lanzamiento del disco Del Amanecer, producido por Vicente Amigo.  Ha publicado en total 18 álbumes. El último de ellos es Mi única llave.