De fiesta

Unos 70 cooperativistas, de los 1.200 inscritos, hicieron guardia ayer cerca de Fuensaldaña para seguir de cerca lo que ocurría en el Ayuntamiento. El móvil sonó y a continuación comenzó una fiesta con la que han soñado durante meses. «Ha sido increíble, ya se demostró que era legal, que no tenía nada raro, pero faltaba que la gente fuese coherente», dijo entusiasmado uno de ellos, Alberto Sanz.

La llamada Ciudad de la Juventud ha sufrido continuos retrasos por todo tipo de pegas administrativas en cada una de las administraciones por las que ha pasado: la Junta, la Confederación Hidrográfica del Duero y el Ayuntamiento de Fuensaldaña. Sin embargo, ayer logró seis votos a favor, los tres habituales del PSOE y uno del grupo mixto y, además, los dos independientes que se han abstenido en otras ocasiones. Los tres concejales del PP se abstuvieron.

El último escollo del proyecto se ha debido al ancho de la carretera de acceso desde la futura circunvalación. Se habían previsto nueve metros, pero la Junta exigió 15. Finalmente se ha aprobado con la última medida. El alcalde, Juan Saldaña, señaló que el pueblo está preparado para la Ciudad de la Juventud y recordó que deberán construir una potabilizadora para unas 15.000 personas.

Aún falta más papeleo

Antes de que las máquinas puedan empezar a mover tierras y hacer calles, el Ayuntamiento de Fuensaldaña aún tiene que aprobar los planes de actuación y urbanización del sector. Se trata ya de planos más pormenorizados de cómo serán las calles, por dónde van las tuberías, el diseño de las casas. Sin haber problemas, su tramitación dura entre seis meses y un año. Luego hay que presentar los proyectos de las casas (tres meses por cada manzana) y construirlas (dos años más).