"He decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España". Con esas palabras un emocionado rey Juan Carlos anunciaba este 2 de junio, tras casi cuatro décadas en el trono, su decisión de renunciar a la jefatura del Estado en favor de su hijo, el príncipe de Asturias. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo había adelantado unas horas antes, a las 10.30 de la mañana, en una declaración institucional en el Palacio de la Moncloa: "Su Majestad el rey don Juan Carlos acaba de comunicarme su voluntad de renunciar al trono y abrir el proceso sucesorio". En cuanto a los motivos de dicha decisión, Rajoy dejó las explicaciones para el monarca.

"Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando", afirmó el rey en su declaración televisada. También hizo referencia a la necesidad de, tras "estos difíciles años" y "un balance autocrítico de nuestros errores", hacer real un " impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor".

"Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica". "El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia", añadía el aún monarca.

"Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera", afirmó, al tiempo que mostró su "agradecimiento al pueblo español" y "a la reina" por su "colaboración y generoso apoyo". "Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón", concluyó don Juan Carlos, quién comunicó oficialmente esa misma mañana al presidente del Gobierno su decisión. De hecho, poco antes de su discurso, grabado en su despacho del Palacio de la Zarzuela, la cuenta de Twitter recién creada por la Cara Real publicaba el documento en el que el Rey formaliza por escrito dicha decisión.

La noticia de su abdicación, sorprendente, llega tras meses, incluso años, de intenso debate sobre su continuidad al frente de la Corona, y precisamente una semana después de unas elecciones europeas que han supuesto un golpe para el bipartidismo, principal soporte del sistema. Sin embargo, el monarca ha insistido en que tomó la determinación en enero pasado, cuando cumplió 76 años. Primero se lo comunicó al príncipe Felipe y, posteriormente, en marzo, a Rajoy y días después al líder del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, según fuentes de la Casa Real. También compartían el secreto el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y varios antecesores de este.

Rajoy, por su parte, ha anunciado que la convocatoria para este martes de un Consejo de Ministros extraordinario"con el objetivo de cumplir las previsiones constitucionales en esta materia". "Al tratarse de una abdicación", explicó, "será necesario aprobar una Ley Orgánica, tal y como señala el artículo 57.5 de nuestra Constitución. Yo espero que en un plazo muy breve las Cortes españolas puedan proceder a la proclamación como Rey de España del que hoy es Príncipe de Asturias".

El presidente del Gobierno quiso rendir homenaje al que, según sus palabras, "ha encarnado durante 39 años el punto de encuentro de todos los españoles". " Fue el principal impulsor de la democracia" y "es el mejor símbolo de nuestra convivencia en paz y en libertad", añadió. También quiso, no obstante, expresar su confianza en el príncipe Felipe: "Su preparación, su carácter y la amplia experiencia en los asuntos públicos que ha ido adquiriendo a lo largo de estos últimos 20 años constituyen una sólida garantía de que su desempeño como jefe de Estado estará a la altura de las expectativas más exigentes".

Por último, proclamó su convicción de que el proceso se va a "desarrollar con plena normalidad, en un contexto de estabilidad institucional" y "como una expresión más de la madurez" de la democracia española. "Estoy convencido de que los españoles sabremos escribir esta nueva página de nuestra historia en un clima sereno, con tranquilidad y con agradecimiento", afirmó.

La abdicación del rey, que fue coronado el 22 de noviembre de 1975,  no está regulada jurídicamente en España. Solo se menciona en el artículo 57 de la Constitución, que dice que tanto  "cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona" se tienen que resolver por una ley orgánica. Ahora, tras 36 años de democracia en los que los partidos y distintos gobiernos no han sabido o no han querido desarrollarla, esa ley tendrá que firmarse en apenas 24 horas.

El Consejo de Ministros, que este martes dará luz verde de forma urgente a un proyecto de Ley, mandará el decreto inmediatamente a las Cortes Generales. La Mesa del Congreso tendrá que calificarlo —los grupos pueden presentar enmiendas— y se convocará un pleno en el que, previsiblemente —porque cabe la posibilidad, como con cualquier ley, de un rechazo—, se aprobará la ley orgánica con el procedimiento de lectura única y con mayoría absoluta en una votación final, es decir, 176 votos (la mitad más uno). Cabe recordar que solo el PP cuenta con 170 diputados y el PSOE, con 96. Después, irá al Senado y allí seguirá el mismo procedimiento.

El último paso es que el Boletín Oficial del Estado publique la ley orgánica, momento en el que será efectiva la abdicación del rey. Lo previsible es que ese mismo día tenga lugar una sesión solemne en las Cortes Generales que proclamará al nuevo monarca, Felipe VI. Como mucho, este acto tendría que producirse en los días posteriores a la publicación en el BOE, ya que de lo contrario habría que nombrar una Regencia que recaería también en el Príncipe de Asturias.