El deterioro de la salud del rey Juan Carlos ha sido una de las claves en su abdicación

  • Juan Carlos, de 76 años, ha sido intervenido quirúrgicamente 13 veces, ocho de ellas en los últimos tres años.
  • Las operaciones de cadera a las que ha sido sometido tras su polémico viaje a Botsuana en abril de 2012 han sido las más sonadas.
  • Su delicado estado limitó su agenda oficial, que fue absorbida en buena medida por su heredero.
En noviembre de 2011 el rey apareció con un ojo morado y varios rasguños, en un acto en el Palacio Real. La explicación de la Casa Real fue que el rey había sufrido un pequeño accidente doméstico que, no le impidió proseguir con su agenda.
En noviembre de 2011 el rey apareció con un ojo morado y varios rasguños, en un acto en el Palacio Real. La explicación de la Casa Real fue que el rey había sufrido un pequeño accidente doméstico que, no le impidió proseguir con su agenda.
Ballesteros / EFE
En noviembre de 2011 el rey apareció con un ojo morado y varios rasguños, en un acto en el Palacio Real. La explicación de la Casa Real fue que el rey había sufrido un pequeño accidente doméstico que, no le impidió proseguir con su agenda.
"He decidido poner fin a mi reinado". Con esas palabras anunciaba este 2 de junio el rey Juan Carlos que, tras casi cuatro décadas en el trono, decidía abdicar en favor de su hijo, el príncipe Felipe. Horas antes lo adelantaba el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La noticia ha pillado por sorpresa, pero en realidad la salud del aún monarca reabrió el debate sobre el futuro de la monarquía hace años, debate que se ha intensificado en los últimos meses por su proceso de deterioro y debilitamiento.

Juan Carlos, de 76 años, ha sido intervenido quirúrgicamente 13 veces, ocho de ellas en los últimos tres años. Las operaciones de cadera a las que ha sido sometido tras su polémico viaje a Botsuana en abril de 2012 han sido las más sonadas, debido a la complicación del proceso. El monarca tuvo que ser intervenido de una fractura de la cadera derecha, que se produjo en una caída accidental durante una cacería privada en el citado país africano. Solo dos semanas después, Zarzuela confirmaba que tenía que volver a someterse a una "pequeña intervención" para corregirle una luxación posterior debido, según dijeron entonces, a "un mal movimiento" durante una reunión en Zarzuela.Siete meses después, en noviembre 2012, fue intervenido de nuevo, esta vez en la cadera izquierda. Dijo entonces que volvería a "pasar por el taller". Entretanto, el rey Juan Carlos se sometió a otra operación el 3 de marzo por una hernia discal en la columna lumbo-sacra que ya sufría desde hacía años y se le complicó.Meses después de esa intervención, en septiembre de 2013, tuvo que volver a quirófano debido a un "foco infeccioso" en la prótesis de la cadera izquierda. Entonces se le colocó una prótesis provisional y la última vez que fue intervenido fue el pasado 21 de noviembre, para implantarle una prótesis definitiva y completar así el proceso.Pese a sus esfuerzos por recuperarse, su calidad de vida y su movilidad se vieron bastante deterioradas. Su delicado estado limitó su agenda oficial, que fue absorbida en buena medida por su heredero, el príncipe de Asturias, y le obligó a moverse y aparecer públicamente con ayuda de muletas. No obstante, en su discurso de Nochebuena, el más personal del año, el monarca expresó su "determinación" por seguir trabajando.Las secuelas de tantas operaciones y de su agotador proceso de recuperación quedaron patentes el pasado 6 de enero, en los tradicionales actos con motivo de la Pascua Militar. Era la primera vez que se podía ver al monarca fuera del Palacio de La Zarzuela tras su última operación de cadera. Visiblemente más delgado, estuvo en todo momento ayudado por las muletas y, a la hora de pronunciar su discurso, dio muestra de evidente cansancio, balbuceando en ocasiones y con tramos de difícil comprensión. Zarzuela lo achacó entonces a "falta de luz"."Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana", decía Don Juan Carlos este lunes en su discruso de abdicación.

Otras operaciones y percances

Más allá de las complicaciones de estos últimos años, el aún rey tiene, como se decía anteriormente, un largo historial médico. En 1954 fue intervenido de apendicitis; en 1981 de las herdidas producidas por un accidente mientras practicaba squash; en 1985 fue operado por una fisura en la pelvis debido a una caída esquiando; en 1991 fue intervenido de la rodilla derecha tras chocar con un esquiador y en 2001de varices en una pierna.

En 2010, en Barcelona, fue intervenido para extirparle un nódulo pulmonar descubierto en un chequeo rutinario. Tras la intervención, el príncipe afirmaba que "es imparable" y que "pronto" se le vería renovado. Y sin embargo, a partir de ahí su evolución nunca fue del todo completa. En 2011 entró al quirófano por una tendinitis y para colocarse una prótesis en la rodilla, una operación que duró tres horas y fue un éxito. En ese punto las muletas se convirtieron en un complemento inseparable para Juan Carlos. Tan sólo tres meses después, se rompió el tendón de Aquiles.Uno de los percances que más dio que hablar fue un accidente doméstico que le llevó a aparecer con un ojo morado en público, una herida que luego cubriría con gafas de sol hasta su recuperación. También sufrió magulladuras en la cara tras una caída en agosto de 2012 al tropezar en unos escalones cuando visitaba la sede del Estado Mayor de la Defensa.

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