Condenado 'El Solitario' a cinco años y tres meses de prisión por el atraco de un banco en 2007

  • La Audiencia de Madrid ha condenado a cinco años y tres meses de prisión a Jaime Jiménez Arbe, 'El Solitario'.
  • Se le ha considerado autor de atraco de una sucursal bancaria de la calle Canillas de la capital en febrero de 2007, en la que se llevó 16.510 euros.
  • Se solicitaron 15 años de cárcel, pero se ha desestimado el delito de tenencia ilícita de armas por contar ya con una condena previa al repecto.
Jaime Giménez Arbe, conocido como "El Solitario", durante el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.
Jaime Giménez Arbe, conocido como "El Solitario", durante el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.
EFE/Zipi
Jaime Giménez Arbe, conocido como "El Solitario", durante el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cinco años y tres meses de prisión a Jaime Jiménez Arbe, conocido como 'El Solitario', por atracar el 7 de febrero de 2007 una sucursal bancaria situada en la calle Canillas de la capital.

En el juicio, que se celebró en febrero, Jiménez Arbe aseveró al tribunal que él no roba bancos, sino que los expropia porque considera que eso es aplicar "un impuesto revolucionario a los bancos, a los ladrones".

'El Solitario' se enfrentaba a una petición fiscal de 15 años y nueve meses de cárcel por un delito de robo con violencia, otro de depósito de armas de guerra y municiones y un delito continuado de falsificación de documento público.

Los magistrados han considerado probado que el 'El Solitario', disfrazado para evitar su identificación con una perilla y un bigote, unas gafas de pasta, una gorra boina de color gris oscuro y un abrigo de tres cuartos, "entró en la sucursal del banco y tras dirigirse directamente a la caja y exhibir una pistola de color oscuro, intimidó a los empleados y obtuvo un botín de 16.510 euros".

"Pese al empeño por ocultar su identidad, los jueces consideran suficientemente acreditado que Jaime Jiménez Arbe fue el autor del atraco", agrega el fallo judicial.

"La complexión física y aspecto, el uso de los mismos disfraces y armas, la actuación en solitario, la coincidente franja horaria en la que cometía los delitos y el hecho de que llevara las palmas de las manos cubiertas con esparadrapo para evitar la obtención de huellas dactilares conducen a esa conclusión", señalan los magistrados.

En cuanto al delito por depósito de armas de guerra, los magistrados estiman que ya fue condenado tanto por la Audiencia de Navarra como por el Tribunal del Círculo Judicial de Figueira de Foz. Por ello, concluyen que no cabe por tanto una nueva condena basada en la posesión por el acusado de las armas halladas en los registros practicados en su domicilio y en la nave ubicada en Pinto.

Los jueces manifiestan que se está "ante un único delito de depósito de armas de guerra, de armas prohibidas o reglamentadas y de municiones por el que el acusado ya ha sido condenado en España a una pena de siete años de prisión y en Portugal a sendas penas de cuatro años de prisión y de un año y seis meses de cárcel".

Autor de numerosos robos

Según el fiscal, el día 7 de febrero de 2007, sobre las 13.53 horas, el procesado accedió a una sucursal del Banco Popular en Madrid y, dirigiéndose a la zona de la caja, sacó de entre sus ropas una pistola, cuyas características se desconocen, y amenazó a los trabajadores con ella.

A continuación, introdujo el dinero que había en la caja en una bolsa, un total de 16.510 euros, y salió rápidamente del local. El Solitario llevaba puesto un bigote y perilla postiza de color negro, gorra de color beige, gafas de pasta, chaquetón tipo tres cuartos de color verde oscuro y una muleta, una indumentaria cuyo objetivo era el de ocultar su identidad.

El Solitario, que ha participado en numerosos robos desde 1993, fue detenido en la localidad portuguesa de Figueiras da Foz, el 23 de julio de 2007 por la comisión de otro asalto a otro banco. Los efectivos policiales, tras la pertinente autorización judicial, entraron en el domicilio del procesado en la madrileña localidad de Las Rozas así como en una nave que tenía a su nombre en Pinto (Madrid).

En las entradas y registros practicados en el domicilio y en la nave fueron intervenidas: una gorra tipo castizo, barbas postizas y dos muletas. También se decomisaron dos subfusiles, una pistola y un revólver además de abundante munición para estas armas de fuego que estaban en perfecto estado para su funcionamiento, si bien el procesado carecía de licencia alguna para la tenencia de armas.

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