El Ayuntamiento de Madrid ha declarado la guerra a los conductores infractores. En 2014, el equipo municipal dirigido por Ana Botella potenciará todos sus instrumentos de control de las infracciones de movilidad: vigilará 200 puntos más con radares móviles de velocidad, la grúa trabajará a destajo para retirar un 24% más de coches mal aparcados y el coche con cámara que multa a los conductores en doble fila y carriles bus (conocido por las siglas SACE) se paseará más por las calles de la capital. Por si esto fuera poco, se incorpora el sistema de grúa exprés: visionando imágenes desde el centro de control, se podrá ordenar la retirada de vehículos sin necesidad de la intervención in situ de los agentes.

El objetivo declarado de todas estas medidas es "mejorar la movilidad de la ciudad mediante el control de la indisciplina viaria", según fuentes municipales. Aunque el Ayuntamiento tampoco oculta que todo ello les ayudará a hacer caja: en la presentación de la fusión de la EMT y Madrid Movilidad, el propio Consistorio reconocía que el servicio de grúa y el SACE serán una importante fuente de ingresos. De hecho, los incluía en un apartado titulado: "Diversificación de líneas de negocio".

Pero también tocarán el bolsillo a los conductores no infractores: por un lado, se subirá un 2% el impuesto de vehículos (el 'numerito'); y, por otro, a mediados de año entrarán en vigor los parquímetros inteligentes, con subidas de tarifas para  los coches antiguos y precios más caros en días con altos niveles de contaminación. Contabilizando las multas de circulación, los impuestos y el cobro de los parquímetros, el Ayuntamiento prevé recaudar 403,3 millones de euros en 2014, según consta en los Presupuestos municipales.

Radares de velocidad: A lo largo del año, el Ayuntamiento desplegará sus radares móviles por 200 puntos nuevos de la capital (el doble de las calles que están controladas ahora). Al ampliar las zonas vigiladas, pretende aprovechar el factor sorpresa para cazar a los vehículos que superen los límites de velocidad. Muchos conductores ya se habían aprendido las ubicaciones más habituales y, además, estas cámaras suelen situarse en lugares escondidos. El Ayuntamiento defiende que los coloca para "reducir la siniestralidad" en puntos donde se alcanzan grandes velocidades. Se extenderán en el entorno de colegios y en vías rápidas, previsiblemente por Cardenal Herrera Oria, la avenida de los Poblados o Gran Vía de Hortaleza. El Consistorio también dispone de 27 radares fijos en la M-30 y de 26 cámaras para cazar a quien se salte el semáforo en rojo.

Coche con cámara: El Servicio de Apoyo al Control de Estacionamiento (SACE) ganará protagonismo. Se trata de una flota de vehículos municipales que llevan una cámara incorporada para multar a los coches aparcados en carriles bus. El SACE lleva años funcionando como apoyo a los autobuses de la EMT para evitar que los coches mal aparcados obstaculicen el paso del bus. "Los vehículos con cámara que hasta ahora solo vigilan el carril bus ampliarán su ámbito de actuación a toda la ciudad", apunta el Ayuntamiento, con lo que potenciará el control de la doble fila. Hace dos años, el Consistorio planeó incorporar cámaras en  los propios buses para pillar a los infractores, pero "de momento, ese tema ha quedado aparcado", según fuentes de la EMT.

Grúa exprés: La grúa tendrá mucho trabajo en 2014. Aprovechando la fusión de la EMT y Madrid Movilidad, el Ayuntamiento utilizará los vehículos del SACE para alertar a los operarios de la grúa de la presencia de coches mal aparcados. Las imágenes que capte el SACE llegarán al centro de control y de ahí directamente a las grúas, para que se desplacen a retirar los vehículos que estorben. "Habrá una coordinación más estrecha  y fluida con la grúa municipal", apunta el equipo de Botella. Con este sistema no sería necesaria la intervención de los agentes de Movilidad ni de los policías, con lo que se agilizaría la llegada del gruista. El resultado previsto es un aumento del 24% en el número de coches retirados y un 29,6% más de recaudación (10,4 millones de euros).

Multas sin notificar en el acto: El Gobierno central prepara una reforma de la Ley de Tráfico que permitiría a los agentes multar una infracción sin parar al conductor ni notificarle la sanción, según ha denunciado la asociación Automovilistas Europeos (AEA). Esta norma no solo afectaría a Madrid, pero supondría una batalla ganada por el Ayuntamiento, que ya quiso incluirla en la Ordenanza de Movilidad hace dos años. En aquel momento, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tumbó la medida al considerar que dejaría indefenso al conductor en caso de querer recurrir la sanción. "Se busca más facilidad para recaudar mediante la imposición indiscriminada de sanciones", critica AEA.

El 'numerito': Los propietarios de vehículos van a tener que contribuir más con las arcas municipales. El Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (conocido como 'numerito') subirá un 2% este año en Madrid. El recibo para un turismo de potencia media (de 12 a 15,99 caballos fiscales) se elevará hasta los 143 euros. El pago voluntario podrá efectuarse entre abril y mayo. Con esta subida, el importe de este tributo ha alcanzado ya su máximo legal, por lo que Ana Botella no tendrá más remedio que reducirlo en 2015 (su previsión es bajarlo un 10% para esa fecha).

Parquímetros inteligentes: Los conductores han tenido un alivio en este inicio de año, ya que los precios de los parquímetros están congelados. Sin embargo, es solo un paréntesis: en junio se implantarán definitivamente los parquímetros inteligentes, que incluirán un aumento de tarifas para los vehículos antiguos y precios variables en función del nivel de contaminación que haya cada día en cada barrio. Madrid lo vende como una medida de lucha contra la polución, aunque también le reportará 87 millones de euros en ingresos. Además, facilitará el pago del aparcamiento mediante el móvil. Por otro lado, un borrador de la futura ordenanza de Movilidad incluyó la posibilidad de ampliar el funcionamiento de los parquímetros hasta la medianoche y en festivos, aunque finalmente dicha medida se ha caído del ordenamiento, según fuentes municipales.