Francia desmantela otro campamento gitano en plena tormenta política

  • Situado en el norte del país, albergaba a un centenar de gitanos.
  • Se organiza el regreso de sus habitantes a su país de origen.
  • El ministro de Interior ya ha reiterado que deben ser expulsados.
  • Sus declaraciones han dividido al gabinete de Hollande.
El ministro de Interior Francés, Manuel Valls, tras una conferencia de prensa en París.
El ministro de Interior Francés, Manuel Valls, tras una conferencia de prensa en París.
GTRES
El ministro de Interior Francés, Manuel Valls, tras una conferencia de prensa en París.

Un campamento de gitanos situado en el centro de Roubaix, en el norte de Francia, fue desmantelado por la Policía en aplicación de una resolución judicial este viernes.

Un centenar de gitanos se encontraban en el poblado "ilícito" que fue evacuado de "forma pacífica", según indicó la delegación del Gobierno en un comunicado.

El poblado estaba compuesto por una decena de caravanas situadas en un terreno propiedad de la Comunidad Urbana de Lille, de la que forma parte Roubaix, precisó.

Las "condiciones insalubres" del lugar fueron la motivación que llevó a las autoridades a ordenar su evacuación, agregó.

El alcalde de la ciudad, Pierre Dubois, señaló en un comunicado que la localidad acoge desde 2009 a tres decenas de gitanos en una "ciudad de inserción", pero estimó que el municipio no dispone de medios para albergar a más miembros de ese colectivo "de gran pobreza".

La delegación del Gobierno señaló que, tal y como exige la ley, se propusieron viviendas alternativas a las personas más frágiles del campamento, mientras se organiza el regreso a sus países de origen.

El pasado día 18 se procedió a la evacuación definitiva del mayor campamento de gitanos que había en la aglomeración de Lille.

El ministro del Interior y su postura

Este nuevo desmantelamiento se produce en medio de la polémica suscitada por las palabras del ministro del Interior, Manuel Valls, sobre la incapacidad de Francia para integrar a los gitanos, que en su opinión debían ser expulsados a Rumanía y Bulgaria, de donde proceden.

Esas declaraciones suscitaron duras críticas a Valls, procedentes de asociaciones de derechos humanos pero también de miembros del Ejecutivo.

Polémica en el Gobierno galo

La ministra de Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, consideró que su colega de Interior actuaba como el expresidente conservador Nicolas Sarkozy al estigmatizar a una población y pedía al actual jefe del Estado, el socialista François Hollande, que le llamara al orden.

Numerosas personalidades del Partido Socialista salieron este viernes en defensa de Valls, como el presidente de la cámara de diputados, Claude Bartolone, que consideró que el político "ejerce su función de ministro del Interior.

Al tiempo, criticó duramente a la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, que había criticado también las palabras de Valls y de la que dijo en la radio Europe 1 que "en lugar de dar lecciones debería ir a ver lo que pasa en el terreno".

El ministro de Industria, Arnaud Montebourg, que inicialmente consideró "excesivas" las palabras de Valls, defendió este viernes al ministro del Interior en la radio RTL, donde consideró que "su labor no es fácil".

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