El presunto cerebro del caso Malaya contra la corrupción, Juan Antonio Roca, y el exalcalde de Marbella Julián Muñoz se enfrentarán en el caso Goldfinger, ligado a la recalificación de la parcela en la que el actor Sean Connery tenía su casa en la localidad malagueña, a penas de ocho y cuatro años de cárcel, respectivamente.
Roca está acusado de dos delitos contra la ordenación del territorio, un delito continuado de fraude y cohecho pasivo, y también se le piden siete millones de euros de multa e inhabilitación durante 20 años, según el escrito acusatorio.
A Julián Muñoz se le piden dieciocho años de inhabilitación y se le imputa por un delito continuado de fraude y dos contra la ordenación del territorio.
En el banquillo de los acusados se sentarán un total de 16 personas, entre ellos algunos integrantes del despacho de abogados Díaz-Bastién Truan Abogados, encargados de defender los intereses económicos de Connery en España y exconcejales del GIL.
Durante la instrucción el juez quiso tomar declaración en varias ocasiones al actor y su esposa, en calidad de imputados, aunque éstos alegaron motivos de salud y problemas de la edad para no acudir a la cita, y al final el fiscal no ha pedido la imputación de los mismos.
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