El consejero de Economía, Industria, Turismo y Empleo de la Generalitat Valenciana, Máximo Buch, ha anunciado que espera que un operador externo gestione el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias -a excepción del Palau de les Arts- a partir del verano de 2014 "con el fin de aumentar la atracción turística y cultural" de estas instalaciones.

Buch se ha manifestado en estos términos en la rueda de prensa posterior al Pleno del Consell que ha tenido lugar este viernes. El objetivo de externalizar la gestión integral del complejo es para "incrementar el número de visitantes y optimizar su rentabilidad económica".

Los objetivos que se ha marcado el Consell es aumentar el número de turistas un 20% en 2016 y llegar a un 40% en 2019. Para ello, Buch considera fundamental "trabajar contenidos, espectáculos y la oferta que tiene el complejo". Con esta externalización, el Consell pretende "aumentar ingresos para la Generalitat con el fin de amortizar gastos y que se dinamice el turismo y se genere turismo inducido" en la ciudad y en la Comunidad.

El consejero ha explicado que la idea es que "haya un solo gestor que se encargue de promocionar el complejo y dotarlo de contenido interesante" para incrementar el número de visitantes. Además ha indicado que otro de los objetivos es "generar empleo sostenible, que es lo que marca el presidente Fabra para salir e la crisis". "El turismo es un elemento clave para salir de la crisis", ha agregado.

La elaboración del pliego se está ultimando y está previsto que "en breve" sea aprobado por el consejo de administración de Cacsa. Las empresas aspirantes tendrán cuatro meses de plazo para presentar sus propuestas. "Se ha dejado mucho tiempo porque es un proceso complejo por las características de las instalaciones", ha aclarado Buch. La cesión se realizará durante los próximo 15 años.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias se inauguró en 1998 y cuatro años después se externalizó con gestión público-privada el Oceanogràfic. "Visto el éxito de esta externalización se ha planteado la gestión del resto de zonas del complejo", ha indicado el consejero. Aunque el complejo tenía un presupuesto inicial de 308 millones de euros, el Gobierno de Francisco Camps terminó desembolsando 1281 millones de euros, en uno de los ejemplos de despilfarro de dinero público en España más sonado de las últimas décadas.

El titular de Economía y Turismo ha asegurado que Cacsa continuará como sociedad pública "y será la encargada de supervisar la gestión del nuevo operador". La empresa adjudicataria pagará a Cacsa un canon inicial, un fijo anual y un variable anual "según los resultados económicos por la gestión", ha dicho.