El Gobierno de Siria ha dado permiso a un grupo de expertos de la ONU para visitar tres lugares donde se podrían haber utilizado armas químicas en el marco de la guerra civil iniciada hace más de dos años, según ha informado este miércoles Naciones Unidas.

El jefe del equipo de investigación de la ONU sobre armas químicas, Ake Sellstrom, y la jefa del Departamento de Asuntos de Desarme de la organización internacional, Angela Kene, viajaron la semana pasada a Damasco para discutir futuras visitas con el régimen de Bashar al Assad.

Hasta ahora, el Gobierno sirio se había mostrado reacio a permitir que los investigadores accediesen a todos los sitios que pedían. Inicialmente, tan sólo dio vía libre a Jan al Assal -en la provincia de Alepo- donde, según Al Assad y sus aliados, los rebeldes utilizaron en marzo armas químicas.

La misión de la ONU "viajará a Siria cuanto antes para investigar tres de los incidentes denunciados, incluido Jan al Assal", ha informado la oficina del secretario general, Ban Ki Moon, en un comunicado. La organización no ha aclarado cuáles son los otros dos lugares, si bien Naciones Unidas había insistido en la necesidad de visitar Homs, donde el régimen habría usado armas químicas en diciembre de 2012.

En cualquier caso, las investigaciones de la ONU únicamente tendrán como cometido confirmar la utilización de estas armas, no quién recurrió a ellas. Tanto las fuerzas de Al Assad como los combatientes opositores han negado haber utilizado armamento químico.

Cerca de Alepo también, las milicias extremistas sirias Frente al Nusra y Estado Islámico de Irak y el Levante, ambas vinculadas a la organización terrorista Al Qaeda, han secuestrado este miércoles a alrededor de 200 civiles kurdos tras hacerse con el control de la localidad de Tel Hasel.

El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Londres y una amplia red de informantes en el país árabe, ha indicado que los milicianos de ambas organizaciones "han saqueado y destruido propiedades" en la ciudad.

Asimismo, ha dicho que dos civiles y seis milicianos del grupo armado kurdo Liwa Jabhat al Akrad, que combate contra dichas milicias del lado del también grupo kurdo Comités para la Protección del Pueblo Kurdo (YPG), han fallecido en los combates.

La toma de Tel Hasel ha tenido lugar apenas un día después de que el YPG solicitara "a todo aquel capaz de portar las armas" que se una a sus filas para combatir contra las milicias vinculadas a la organización terrorista Al Qaeda presentes en el país.

En las últimas semanas se han registrado fuertes enfrentamientos en el noreste del país entre el YPG y la milicia radical islamista siria Frente al Nusra, que está contando con el apoyo del Estado Islámico de Irak y el Levante, que cuenta con combatientes iraquíes y sirios. Ambas organizaciones están vinculadas directamente con Al Qaeda.

En el marco de los mismos, el YPG ha arrebatado el control de varias localidades a los grupos extremistas, incluyendo Ras al Ain, situada en la frontera con Turquía.

El YPG, que controla la mayoría de las ciudades kurdas de las provincias de Hasaka y Alepo, está formada por jóvenes del Kurdistán sirio con el apoyo de la Unión Democrática Kurda (PYD) y del Consejo Nacional Kurdo (KNC). Se trata de un grupo insurgente que se ha alzado en armas tanto contra el Gobierno de Bashar al Assad como contra la actual oposición armada siria.

Este grupo armado, que en julio de 2012 se hizo con varias localidades mayoritariamente kurdas de la provincia de Alepo, ha asumido la responsabilidad de garantizar la seguridad de las poblaciones kurdas. Pese a su extracción mayoritariamente kurda, entre sus miembros figuran milicianos árabes descontentos con la actual oposición armada siria.

Las milicias kurdas han aprovechado el actual conflicto armado sirio para reclamar los derechos que les han sido negados durante años por Damasco en el noroeste del país, donde son mayoría. No obstante, también han expresado su temor de que el triunfo de los movimientos rebeldes no contribuya a la consecución de la ansiada autonomía y han recordado, al respecto, el apoyo dispensado por las autoridades turcas -enfrentadas a sus propios independentistas kurdos- a los insurgentes sirios.

Las reivindicaciones de los kurdos habían sido pacíficas hasta el pasado noviembre, cuando el principal grupo armado rebelde suní, el ELS, entró en la localidad de Ras al Ain, lo que provocó la respuesta armada de la YPG para expulsar del municipio a los rebeldes, a los que acusó de actuar a "las órdenes de Turquía". El pasado 20 de enero, el YPG firmó una tregua con el ELS después de meses de enfrentamientos.