El maquinista hablaba por teléfono con personal de Renfe en el momento del accidente

Técnicos y policía científica llegan al juzgado de Santiago de Compostela para analizar las cajas negras del tren siniestrado el 24 de julio.
Técnicos y policía científica llegan al juzgado de Santiago de Compostela para analizar las cajas negras del tren siniestrado el 24 de julio.
EFE
Técnicos y policía científica llegan al juzgado de Santiago de Compostela para analizar las cajas negras del tren siniestrado el 24 de julio.

El maquinista del tren siniestrado el pasado miércoles en Santiago de Compostela estaba hablando por teléfono en el momento del accidente con personal de Renfe y circulaba a 192 kilómetros por hora instantes antes del impacto, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

Estos son algunos de los datos recuperados esta mañana de las cajas negras del tren Alvia, que son provisionales y están a espera del informe de la Policía Judicial, y que, según los cuales, segundos antes del siniestro, que ha provocado 79 muertes y más de 150 heridos, se activó un freno, por lo que se estima que en el momento de la salida de vía el tren circulaba a 153 kilómetros por hora.

Según la información recuperada, en los minutos previos al descarrilamiento, el conductor recibió una llamada en su teléfono profesional, posiblemente de un "controlador", según fuentes de la investigación, para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol y, por el contenido de la conversación y por el ruido de fondo, "parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel", señala el Tribunal Superior en un comunicado.

Fuentes de la investigación consultadas por Efe han indicado que en la llamada con personal de Renfe a través del teléfono profesional, que se encuentra extraviado tras el impacto, se escucha decir a Garzón hasta tres veces la expresión "La cagué", justo antes del siniestro.

Estas fuentes consideran que la causa de que el terminal del teléfono esté extraviado es que el conductor pudo haberlo lanzado para pisar el freno e intentar hacerse cargo de la situación, algo que no logró.

El vaciado de datos de las cajas negras del tren accidentado el pasado 24 de julio en Santiago ha concluido tras cinco horas de trabajo, un proceso en el que ha habido un ligero retraso por la práctica de una nueva diligencia.

Datos técnicos y de voz

El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Compostela, Luis Aláez, ha ordenado la realización de copias de seguridad del contenido de las cajas y para ello se ha contactado "por prevención" con el fabricante que ha remitido las instrucciones por escrito y en varios idiomas. Se han extraído tanto datos técnicos como de voz, y se ha hecho una transcripción de las conversaciones en tiempo real, han señalado las mismas fuentes consultadas.

Los técnicos llegaron unos minutos antes de las diez de la mañana a la sede del juzgado de instrucción número tres de Santiago, que es el encargado de la investigación del accidente y abandonaron estas instalaciones sobre las tres.

En un primer momento el juez se reunió con personal de la Policía Científica para definir los pasos a seguir para el volcado de la información de las cajas negras. A continuación, el titular del juzgado número tres, la secretaria judicial y el fiscal se reunieron con policía científica, judicial, técnicos de Renfe, Adif y técnicos de la Comisión de Investigación del Ministerio de Fomento para analizar la forma en que se iba a acceder a la información y comprobar que todas las partes estaban de acuerdo.

Una vez recibidas las especificaciones técnicas de las cajas negras y de realizar una prueba se procedió al volcado de información de manera que quedase totalmente garantizada la integridad y fiabilidad del contenido. Para ello, los datos fueron extraídos en un lápiz de memoria aportado por el juzgado y posteriormente se hicieron copias autentificadas con firma digital.

La información obtenida está encriptada y se pasa por un programa informático para proceder a su desencriptación, de modo que se pueda acceder a los datos. El juez ha decidido, además, autorizar a los técnicos de la Comisión de Investigación de Fomento a realizar mediciones de las ruedas de los vagones, siempre acompañados por policía judicial.

Los vagones y las máquinas se encuentran custodiados por la Policía en una nave semidescubierta a unos veinte kilómetros de Santiago, en Padrón (A Coruña). Los vagones no se moverán hasta que se completen las inspecciones oculares y todavía está pendiente el acceso a pequeñas zonas cerradas por hierros que hay que cortar, apunta el Tribunal Superior, que señala que existe "la posibilidad de que se trasladen perros para realizar una última inspección de los restos".

¿Qué es la caja negra?

La caja negra es un sistema que va a bordo del tren que tiene como finalidad registrar información relevante sobre la circulación del mismo, desde las conversaciones mantenidas entre el maquinista y el punto de control hasta la velocidad a la que ha circulado o cómo han funcionado los sistemas de frenos.

El modelo que llevan estos trenes de la serie 730 —que cubren el trayecto Alicante-Madrid-La Coruña/Vigo-Pontevedra— es un registrador de eventos que se denomina TELOC 2500 y ha sido fabricado por la compañía suiza Hasler Rail. Estos equipos registran numerosas señales que quedan almacenadas en una memoria interna que se diseña con criterios de protección contra impactos, según han explicado fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).

El análisis de las cajas negras se produce dos días después de que Francisco José Garzón Amo, maquinista del tren, reconociera ante el juez Luis Aláez que se despistó hasta el punto de no saber dónde estaba. Afirmó que superaba el doble de la velocidad permitida en la curva de A Grandeira, limitada a 80 km/h, y que creyó que no estaba en este punto del recorrido y que cuando quiso frenar, "que llegó a hacerlo", ya era demasiado tarde.

Garzón Amo destacó que lo ocurrido no es achacable a un fallo técnico, y tampoco a las condiciones del vehículo que pilotaba ni del trazado, sino a un "error humano", una distracción.

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