Pamplona se despide de los sanfermines 2013 entonando el 'Pobre de mí' y emplaza al 2014

  • Pamplona se despidió de las fiestas cantado la tradicional canción: Pobre de mí, pobre de mí, que se han 'acabao' las Fiestas de San Fermín.
  • Antes de entonarla, el alcalde ha anunciado el fin de "nueve días inolvidables, las mejores fiestas del mundo. Os espero aquí el 6 de julio del año que viene".
  • Las peñas pamplonesas hicieron su propia celebración en la Plaza del Castillo, un espacio más abierto que acoge a mucha más gente que la plaza consistorial.
Acaban los sanfermines.
Acaban los sanfermines.
ATLAS
Acaban los sanfermines.

La plaza del Ayuntamiento de Pamplona vivió en la medianoche de este domingo una de sus tradiciones más emotivas, el canto del Pobre de mí con el que se dieron por finalizados los sanfermines 2013 y en el que el alcalde de la ciudad, Enrique Maya, emplazó a comenzar las nuevas fiestas dentro de un año.

Con puntualidad, pese a que se especuló con la posibilidad de que el acto tuviera lugar 18 minutos más tarde para "recuperar" el retraso con el que se lanzó este año el chupinazo, Maya salió al balcón de la Casa Consistorial y se dirigió a una abarrotada plaza, donde los presentes portaban velas encendidas.

Se trata, en un tono entre festivo e irónico, de evidenciar el luto y la pena con que los pamploneses acogen el final de unas fiestas que durante 9 días cambian por completo la fisonomía de la ciudad e incluso el carácter de sus gentes, y cantaron al unísono la conocida canción que da nombre al acto: Pobre de mí, pobre de mí, que se han 'acabao' las Fiestas de San Fermín.

Antes de entonarla, el alcalde anunció que en ese momento comenzaba el fin de "nueve días inolvidables, las mejores fiestas del mundo", que han sido posibles "gracias" a los pamploneses.

"Ya falta menos para San Fermín"

"Ahora toca esperar a los sanfermines de 2014. Os espero aquí el 6 de julio del año que viene. Ya falta menos para San Fermín", anunció Maya para dar vivas al santo y quitarse del cuello el pañuelo rojo similar al que desde el 6 de julio han llevado todos los pamploneses y los cientos de miles de visitantes.

A la vez, el gentío en la calle se desanudó también el pañuelo del cuello y comenzó a entonar el Pobre de mí, un lamento que se alternaron con otras canciones festivas, como el ilusionante "1 de enero, 2 de febrero...", mientras en la cercana Plaza de los Burgos se quemaba una traca como colofón.

A la vez, las peñas pamplonesas celebraron su propio final de fiestas en la Plaza del Castillo, un espacio más abierto que acoge a mucha más gente que la plaza consistorial, donde también se alternaron las canciones que lamentan el cierre de los sanfermines con otras alegres que ya preparan las próximas fiestas.

Todo ello ha conformado un ambiente que no desmerecía al de noches anteriores y que, pasados los minutos iniciales, se desperdigó por el casco viejo de la ciudad, donde pese al fin oficial de las fiestas muchos continuaron de juerga durante la madrugada.

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