Rescatan con vida a un recién nacido de un respiradero en Alicante y detienen a su madre

  • El bebé se encontraba envuelto en varias bolsas de plástico con una abertura para respirar y todavía tenía el cordón umbilical.
  • Los bomberos acudieron al edificio después de que una vecina alertara de que había oído "maullidos de gato" en las conducciones de las tuberías.
  • La madre ha reconocido los hechos y ha confesado que no quería tenerlo, pero que no tenía dinero para abortar.
La mujer que ha arrojado a su bebé recién nacido al respiradero de un edificio, llegando a las dependencias policiales.
La mujer que ha arrojado a su bebé recién nacido al respiradero de un edificio, llegando a las dependencias policiales.
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La mujer que ha arrojado a su bebé recién nacido al respiradero de un edificio, llegando a las dependencias policiales.

La Policía Nacional ha detenido este domingo en Alicante a una mujer de 26 años por un presunto delito de tentativa de asesinato después de que supuestamente arrojara por el hueco en el que confluyen los desagües de un edificio a su recién nacido, que fue rescatado con vida tras pasar atrapado unas 40 horas.

El bebé, que incluso tenía aún el cordón umbilical, ha sido trasladado por una unidad del SAMU en estado grave a la Unidad de Neonatos del Hospital General de Alicante, donde se encuentra ingresado con fractura de radio y otras lesiones, según la Policía.

La Policía ha detenido a la madre, de origen español, después de que tras dar a luz el pasado día 21, intentara, al parecer, deshacerse del bebé arrojándolo a un hueco comunitario de un metro cuadrado de superficie en el que confluyen los desagües de las viviendas.

Según el relato policial, sobre las 2.00 horas del domingo, un vecino de un edificio ubicado en el número 4 de la calle Benissa de Alicante, en el barrio Virgen del Carmen, ha alertado a los bomberos de que había un gato atrapado porque oía constantemente maullidos que procedían de las bajantes de aguas comunitarias.

Tanto los agentes del Cuerpo Nacional de Policía como los bomberos del Ayuntamiento de Alicante que se han personado en el inmueble se han percatado de que los maullidos no eran sino los llantos de un recién nacido y han procedido a su rescate.

La detención de la madre

De la investigación de los hechos, los agentes averiguaron que en uno de los domicilios del inmueble vivía una mujer de 26 años que se encontraba en avanzado estado de gestación y que en ese momento se hallaba ingresada desde el día 21 de junio en el Hospital General de Alicante, donde había manifestado haber sufrido un aborto.

Tras recibir el alta médica, la mujer fue detenida y trasladada a las dependencias de la Comisaría Provincial de Alicante.

Según la Policía, tras ser informada del motivo de su detención, la mujer espontáneamente reconoció los hechos y les aseguró a los agente que no deseaba tenerlo pero que no disponía de dinero para abortar.

La Policía ha confirmado que se están practicando diligencias de investigación para determinar cómo se produjeron los hechos y si pudo intervenir alguna tercera persona en los mismos.

La consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, ha explicado que los técnicos van a evaluar el entorno familiar y social del recién nacido antes de adoptar cualquier medida de tutela aunque ha incidido en que "de momento, lo más importante es que el bebé se recupere perfectamente".

¿Se salvará el bebé?

"La emoción era de todo el equipo. El bebé lloró y sabíamos que, al menos, el bebé iba a vivir en esas horas", ha relatado lleno de emoción el sargento del Parque Local de Bomberos de Alicante, José María Piña Manzano, uno de los agentes que participó en el rescate.

"Era un pequeño, envuelto entre telas y en una bolsa de plástico rota", apunta el también sargento Antonio Montero, el bombero que recibió la llamada, transferida desde el servicio 112, de una vecina que aseguró que "oía a un gatito" desde hacía varias horas y que los supuestos maullidos salían del interior del patio de luces. Al llegar comprobaron que aquellos supuestos "maullidos" eran "humanos".

La cuestión era cómo llegar al fondo del citado patio, un habitáculo que recorre de norte a sur el edificio y ocupado casi en su totalidad por las distintas tuberías o bajantes de cada uno de los pisos del inmueble. "Lo que queríamos rescatar estaba entre las bajantes y la pared del pequeño patio de luces, no dentro de ninguna tubería ni sumidero", apunta con rotundidad Piña.

A través de un vehículo escalera, accedieron a un balcón y desde ahí al objetivo. Tras sujetar con cuerdas a un compañero, éste se deslizó por el mínimo hueco que había, quitó algunas prendas caídas y vio "el piececito", sonríe Manzano mientras lo cuenta.

El bebé, "con la placenta y el cordón umbilical", fue rescatado. Entonces llegó el turno de Piña. Enfermero de estudios, bombero de profesión, limpió al pequeño, le saneó las vías respiratorias y le dio calor. "¿Se salvará el bebé?", le preguntaron los bomberos con hambre de vida a su sargento. "Se salva. Es un superviviente", les contestó con el recién nacido en brazos.

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