Tanto estos últimos como los recurrentes de la oposición del 96 sostienen que el ejercicio de conducción adoleció de irregularidades y que sus notas de calificación fueron incorrectas.
Diez años después de realizados los exámenes, y tras un largo periplo judicial, el Supremo da la razón a los recurrentes y dice que el Ayuntamiento debería corregir las puntuaciones.
La aplicación a rajatabla de la sentencia significaría que diez bomberos incorporados en 1996 deberían ser despojados de sus puestos para que se incorporaran otros opositores que en su día no obtuvieron plaza.
La sentencia del Supremo, al corresponder a un recurso de casación, determina que se debe aplicar su misma doctrina a casos similares. Es, por ejemplo, el que afecta a la treintena de reclamantes de la oposición a Bomberos de este año, que están exigiendo por vía legal al Ayuntamiento revisión de exámenes y de adjudicación de plazas.
Pero también podría afectar a otras oposiciones y concursos municipales, si es que incita a recurrir a otras personas que se sintieron injustamente tratadas en ejercicios de acceso a puestos municipales.
Negociaciones para aplicarla
Responsables políticos y del comité de empresa municipal negocian ya cómo aplicar la sentencia sin lesionar los derechos adquiridos por trabajadores con diez años de antigüedad, a los que afectaría la revisión de puntuaciones. Fuentes municipales indicaron que se va a dialogar también con los propios jueces para tratar de encontrar una salida al embrollo jurídico-administrativo. Al final podría haber una ejecución de la sentencia, pero no en el sentido que esperaban los demandantes.
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