Falta personal
Desde el sector apuntan que son bienvenidos. Falta personal por las duras condiciones de trabajo asociadas a la vida en el mar. Jornadas continuadas sin apenas descansos que han provocado que en la comunidad autónoma los jóvenes huyan de este sector laboral.
Los extranjeros que llegan a los puertos gallegos suelen tener años de experiencia en las flotas de sus países. Los armadores los consideran gente disciplinada y aquí obtienen trabajos fijos con sueldos que rondan los 900 euros mensuales.
Mohamed Elaichi, marinero marroquí en A Coruña
«En el mar no hay racismo, aquí somos todos iguales»
Mohamed vive entre semana prácticamente en el mar. Son ocho personas en un barco de la flota de bajura coruñesa; seis españoles, un peruano y él, marroquí.
¿Qué le trajo por aquí?
El deseo de vivir mejor y que había trabajo.
¿Cómo es la vida de un marinero extranjero?
Un trabajo muy exigente, para todos. Tengo contrato y sueldo fijo; aunque es duro para mantener la familia.
¿Se ha planteado regresar?
No pienso volver a Marruecos. Estoy bien, vivo como una persona. Pero la profesión no tiene futuro; la gente se va, no le compensa.
¿Cómo son las relaciones con sus compañeros?
Estar en un barco no es como la ciudad. En el mar no hay nada de racismo, aquí somos todos iguales.
Bio
Nació hace 48 años en Marruecos. Está casado y tiene tres hijas. Trabaja desde hace un año en la flota de bajura de A Coruña, puerto al que llegó tras cuatro años en los muelles de la localidad valenciana de Gandía.
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