Hallado en la Antártida el fósil completo de un plesiosaurio

  • Tiene 70 millones de años.
  • Sin embargo, en vida era muy joven cuando murió.
  • Es la pieza mejor articulada jamás hallada.
Una ilustración de lo que fueron los plesiosaurios. (DNA)
Una ilustración de lo que fueron los plesiosaurios. (DNA)
Una ilustración de lo que fueron los plesiosaurios. (DNA)

En medio de vientos huracanados y temperaturas extremadamente bajas, un grupo de investigadores argentinos y estadounidenses hallaron el esqueleto fósil de un plesiosaurio (reptil marino) joven que habitó en aguas del Océano Antártico hace unos 70 millones de años.

Se trata de uno de los ejemplares mejor preservados de los hallados hasta el momento, y el mejor articulado (con sus huesos unidos) de todos los hallados en Antártida.

La criatura habría habitado las aguas antárticas durante un período en el cual los continentes y los océanos eran mucho más cálidos que hoy en día, según informa el Instituto Antártico Argentino.Estos plesiosaurios de cuello largo son más conocidos por su parecido y supuesta continuidad con el mítico Nessie, el Monstruo del lago Ness, en Escocia.

Aunque la evidencia científica desmiente la existencia del legendario 'monstruo', pues indica que los plesiosaurios se extinguieron hace más de 65 millones de años atrás, junto con los dinosaurios.

Las reconstrucciones de estos animales logradas a partir de los hallazgos fósiles han permitido conocer que sus aletas como remos les habrían permitido 'volar en el agua' en un movimiento parecido al de los pingüinos.

Los restos de este reptil marino fueron descubiertos por un equipo conjunto de investigadores argentinos y estadunidenses en el cabo Lamb, sudoeste de la isla Vega cerca del extremo norte de la Península Antártica.

El grupo de investigadores estaba formado por los doctores James Martin (Escuela de Minas y Museo tecnológico de Geología de Dakota del Sur, EEUU), Judd Case (Universidad de Washington Oriental, EEUU), Marcelo Reguero (Museo La Plata), Sergio Marenssi (Instituto Antártico Argentino y CONICET) y Sergio Santillana (Instituto Antártico Argentino).

La expedición fue financiada por la Fundación Nacional de Ciencias (EEUU) y el Instituto Antártico Argentino a través de la Dirección Nacional del Antártico.

El apoyo logístico en Antártida fue provisto a través de la Base Marambio.

Casi un bebé

El espécimen correspondía a un plesiosaurio de cuello largo (Elasmosaurio) de 1,5 metros de largo. Un ejemplar adulto de esta especie podía medir hasta 10 metros de largo.

Esto, y que la mayor parte de los huesos del fósil no estaban totalmente desarrollados, indican que se trata de un ejemplar juvenil.

El esqueleto está casi perfectamente articulado como lo estaba en vida aunque el cráneo fue erosionado y separado del cuerpo.

Sin embargo el área estomacal del animal está muy bien preservada: las costillas estomacales abarcan el abdomen y en lugar de ser largas y rectas como en la mayoría de los plesiosaurios, son bifurcadas a veces hasta en tres "dientes".

Más aún, en la cavidad abdominal fueron encontradas numerosas piedras estomacales pequeñas y redondeadas (llamadas gastrolitos) indicando que las mismas eran ingeridas incluso por los jóvenes, para facilitar la flotación a diferentes profundidades o para ayudar en la digestión.

El esqueleto está casi perfectamente articulado como lo estaba en vida aunque el cráneo fue erosionado y separado del cuerpo. Las inclemencias del tiempo en la isla Vega y la falta de tiempo impidieron la búsqueda de esta pieza.

Los investigadores especulan que una erupción similar a la del Monte Santa Helena en el Estado de Washington (EEUU) en 1980 podría haber causado la muerte del animal.

Durante las excavaciones fueron descubiertas varias capas de cenizas volcánicas conteniendo restos vegetales carbonizados intercaladas en las capas de areniscas marinas que encerraban al ejemplar descubierto.

Desafiando a la naturaleza

Semanas de fuertes vientos impidieron la excavación y hacia los últimos días de la expedición las bajísimas temperaturas congelaban el agua antes de poder mezclarla con el yeso para hacer un "sarcófago" (conocido por los paleontólogos como "toco") para transportar al ejemplar sin dañarlo.

El suelo estaba tan congelado que varias herramientas se rompieron y finalmente hubo que recurrir a un martillo neumático que tuvo que ser transportado en mochilas hasta el sitio de la excavación junto con su combustible, el yeso y agua para hacer la mezcla.

Una guardería prehistórica: una teoría

Desde 1998 este grupo argentino-estadounidense ha descubierto en el área numerosos ejemplares juveniles de plesiosaurios y mosasaurios (un gigantesco reptil marino similar a un caimán con aletas).

Los investigadores creen que el sitio podría haber sido una región de aguas protegidas en donde estos reptiles marinos tenían a sus crías y donde estas permanecían hasta alcanzar suficiente tamaño y destreza como para sobrevivir en aguas abiertas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento