El acusado de zarandear a su sobrina de siete meses y de provocarle graves lesiones que le causaron parálisis cerebral y la pérdida casi total de la vista ha admitido este martes las acusaciones de la Fiscalía y ha aceptado una condena de seis años de prisión y el pago de una indemnización de 600.000 euros.

Según ha informado el Ministerio Público, R.P.P. ha aceptado la condena por un delito de lesiones antes de la vista oral prevista para esta mañana en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, que no ha llegado a celebrarse y en la que la Fiscalía había anunciado que solicitaría un pena de nueve años de prisión.

La Fiscalía sostiene que el acusado se trasladó a vivir al domicilio de su hermana, en Oviedo, para ayudarla a cuidar a sus tres hijos ya que la mujer está separada de su esposo.

Sobre las cinco de la tarde del 23 de junio de 2011 la mujer tuvo que salir de casa y se llevó consigo a la mayor de los niños, de 3 años, mientras que los otros dos, que en ese momento tenían 2 años y siete meses respectivamente, se quedaron a cargo de su tío.

La mujer le dejó preparado un biberón que la niña pequeña no había querido tomarse antes y, poco después de que se marchara la mujer, el acusado la agarró con fuerza dándole fuertes sacudidas "porque su llanto al no querer tomarse el biberón acabó con su paciencia o por otro motivo", según el relato de la Fiscalía.

Alarmado por el estado en que quedó la niña, el acusado telefoneó a su hermana y le dijo que había pasado "lo mismo que la otra vez", en referencia a un episodio similar ocurrido el 25 de mayo de 2011, cuando la pequeña ya tuvo que ser ingresada en el servicio de urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias de Oviedo.

El acusado salió a continuación de la casa y, siguiendo las instrucciones de su hermana, se reunió con ella para trasladar a la menor al servicio de urgencias de un centro de salud, donde los facultativos apreciaron en la niña bajo nivel de consciencia.

A consecuencia de haber sido zarandeada por su tío la niña sufrió numerosas lesiones y le han quedado como secuelas, entre otras, encefalopatía grave secundaria a daño cerebral adquirido en contexto probable de maltrato infantil, epilepsia, retraso psicomotor grave, parálisis cerebral, atrofia cerebral severa y pérdida total de la visión en el ojo derecho y casi total en el izquierdo.

El acusado, al que además se le ha prohibido aproximarse a la menor o comunicarse con ella durante veinte años, fue detenido el 28 de junio de 2011 y permanece ingresado desde entonces en el centro penitenciario asturiano de Villabona.