El uso de aerosoles y la lactancia materna a niños que no son bebés incrementan la aparición de caries

Los dentistas han observado en los últimos años en sus consultas cómo las caries en niños han aumentado debido a una mala higiene, sobre todo en el caso de pacientes que usan aerosoles para tratar patologías respiratorias y en el caso de la lactancia materna en niños que ya no son bebés.

Los dentistas han observado en los últimos años en sus consultas cómo las caries en niños han aumentado debido a una mala higiene, sobre todo en el caso de pacientes que usan aerosoles para tratar patologías respiratorias y en el caso de la lactancia materna en niños que ya no son bebés.

Con motivo de la celebración mañana martes del Día Europeo de la Salud Oral, el Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife insiste en la importancia de la prevención mediante una adecuada higiene bucal. Los padres deben, además, supervisar el cepillado de los más pequeños, al menos, hasta que cumplan los ocho años.

El uso de aerosoles produce, como efecto secundario, la disminución de la saliva, lo que provoca que los ácidos ataquen con mayor facilidad a la boca, por lo que debe extremarse la higiene tras su aplicación para evitar patologías bucales.

En este sentido, es fundamental cepillar los dientes después de la aplicación del aerosol o, si no es posible, que el niño al menos se enjuague o beba un vaso de agua y, en el caso de los bebés, pasar una gasa por las encías y los primeros dientes.

En cuanto a la leche materna, ésta es rica en nutrientes y también en azúcar, hasta el punto de que los dentistas la equiparan a la leche condensada en sus efectos sobre el esmalte dentario.

La forma de beneficiarse de los nutrientes y prevenir problemas bucales es pasar, tras las tomas, una gasa por el interior de la boca del bebé, con el fin de arrastrar cualquier resto que haya podido quedar adherido a los dientes.

Debido a que cada vez las madres mantienen durante más tiempo la lactancia, dado los efectos beneficiosos que aporta para la salud del niño, debe extremarse la higiene de la boca de los pequeños y, en ningún caso, que éste se quede dormido tras la toma por la noche, ya que, en este periodo del día, se produce menos saliva, lo que facilita el ataque del ácido a las piezas dentales.

Asimismo, para evitar la conocida como caries de biberón, que además es de rápida evolución, no debe darse, en ningún caso, chupas al bebé, impregnadas de azúcar, miel o leche condensada, ni biberones con zumos no naturales, ni siquiera en el caso de que éstos no contengan azúcar añadido.

El Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife recuerda que es recomendable llevar a los más pequeños al dentista desde que le salgan los primeros dientes de leche, en torno al primer año de edad, para controlar hábitos que puedan ser dañinos y establecer una adecuada relación entre odontólogo y paciente.

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