La población del buitre leonado se duplica en España y deja de estar en peligro de extinción

  • En los últimos años ha pasado de 8.000 a 16.000 parejas.
  • Los biólogos apuntan a su "sociabilidad", entre otros rasgos, para justificar este crecimiento.
  • Otros carroñeros, como el alimoche o el quebrantahuesos, siguen en peligro de extinción.
Agentes de la Guardia Civil examinan un buitre leonado en Aranjuez (Madrid)
Agentes de la Guardia Civil examinan un buitre leonado en Aranjuez (Madrid)
MG/EFE
Agentes de la Guardia Civil examinan un buitre leonado en Aranjuez (Madrid)
Su carácter "sociable", su capacidad para volar muy lejos y que su alimentación consista en
cadáveres de animales grandes ha hecho que el buitre leonado sea el único de los carroñeros que ha duplicado su población en España y escapar, así, de la amenaza de la extinción.

El buitre leonado (Gyps fulvus), una de las mayores rapaces de la península, comparte el cielo con el buitre negro, el quebrantahuesos y el alimoche, pero a diferencia de ellos ha logrado salir de la "línea roja".

En los últimos años ha pasado de 8.000 a 16.000 parejas, explicó el biólogo José Antonio Donazar. Mientras, la población de

quebrantahuesos ha pasado en el mismo periodo de 50 parejas a 80 y continúa en amenaza de extinción; y la de
alimoche, del que hay unas 1.500 parejas, es la que más peligra porque se ha perdido el 30% de ejemplares en toda España y en algunos sitios hasta el 70%.

Aunque no se sabe a ciencia cierta el motivo de la recuperación del buitre leonado, su comportamiento "sociable" para buscar alimento podría haberlo favorecido, según Donazar, que trabaja en el departamento de Biología Aplicada de la Estación Biológica de Doñana (Huelva).

Trabajador en equipo

A diferencia de los otros carroñeros, el buitre leonado busca el alimento en conjunto, "por lo que puede haber hasta 200 aves de la misma especie realizando esta tarea". Para Donozar, otra diferencia que le ha podido ser útil al buitre leonado para forzar su supervivencia es que "puede recorrer entre 100 y 170 kilómetros de distancia en busca de comida, mientras que las otras especies son aves más territoriales a las que prácticamente les tiene que caer el alimento encima".

Aunque se ha registrado una reducción en el uso de venenos, prohibidos desde 1984, Donozar afirmó que cuando son utilizados, los animales pequeños se ven más afectados pero como el buitre leonado come cadáveres grandes, "tiene menos posibilidades de morir por envenenamiento".

Recordó que a partir de los 80, se pusieron en marcha varios proyectos de recuperación de la especie asegurando su supervivencia y permitiendo que estas especies "cumplan con eficacia su importante papel ecológico de estabilizadores de la calidad ambiental de los territorios" concluyó.

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