Poco a poco parece que la última Ley Antitabaco, que entró en vigor el 1 de enero de 2011, va calando entre los madrileños. Si en 2011 la Comunidad solo puso 155 multas por fumar en locales cerrados, en 2012 fueron 254, un 63% más, según datos de Sanidad.

Las causas de este aumento no se deben a un incremento del número de denuncias (1.222 en 2011 frente a las 1.224 del año pasado), sino a que se ha agilizado el trámite y las multas ahora tardan mucho menos tiempo en resolverse. "Hemos notado que la gente recurre menos las sanciones. Acepta las multas y las paga antes. Es como si estuvieran menos beligerantes contra la ley", explica la Agencia Antidroga.

La ley estipula una multa de 30 euros para el fumador que se salte la norma y entre 600 (leve) y 10.000 (grave) para las empresas que la incumplan. En algunos casos con especial reincidencia, la sanción puede llegar a ser de hasta 600.000 euros para el negocio.

Aparte, la Ley Antitabaco impone otro tipo de multas a los locales por vender cigarros a menores o no informar de la prohibición de fumar. El año pasado se impusieron 192 sanciones de este tipo. Un total de 446, si se suman las 254 multas registradas por fumar.

Para la asociación Nofumadores.org, sin embargo, aún hay muchos puntos de la región en los que se fuma con total impunidad: teatros, bares y, sobre todo, "terrazas cerradas y clubs de fumadores fraudulentos. Muchos bares de copas y restaurantes se convierten en clubs de fumadores para permitir el consumo de tabaco, lo cual es ilegal, puesto que un club no puede tener ánimo de lucro", explica este colectivo.

Entre los negocios denunciados hay también centros comerciales como Parquesur (acusado de permitir fumar en sus aparcamientos) y discotecas. Algunas de ellas incluso reparten flyers con la leyenda "Se puede fumar". También hay espacios municipales, como Matadero, que programó una obra de teatro donde los actores fuman.

La Comunidad es una de las autonomías con menos inspectores para hacer cumplir la Ley Antitabaco. Solo hay 17, que además han de enfrentarse a otras tareas como controlar el botellón. Una cifra que no ha aumentado desde 2006 (año en el que se introdujo la primera Ley Antitabaco, mucho más permisiva que la actual). Castilla y León, por ejemplo, cuenta con 23 inspectores, y Cataluña, con más de 300.

El 6,7% de los trabajadores madrileños (185.000) se exponen al humo del tabaco en su puesto de trabajo, según el último informe realizado por la Consejería de Sanidad. Sin embargo, cada vez hay menos fumadores, según otro estudio sobre el estado de la salud de los madrileños elaborado por la Comunidad. Actualmente, la tasa de fumadores es del 28,3%, cuando en 1987 era el 55%. En 2009 era del 33,8%.