Está sucio. Pálido y desaliñado. Y, sobre todo... Lleva bastante tiempo muerto. Pero eso no evita que también tenga su corazoncito: R, el protagonista de Warm Bodies (que en España se llamará Memorias de un zombie adolescente) es el nuevo rey de la taquilla estadounidense, al haberse convertido en el título más exitoso del pasado fin de semana.

Que los zombis están de moda es algo innegable. También lo es que el filón explotado, hace muchos años, por cineastas como George A. Romero está más que saturado. Por eso Hollywood, siempre atento, parece haber acertado ahora al adaptar una novela juvenil, escrita por el debutante Isaac Marion, y que se convirtió en un sorprendente éxito de ventas.

La película, de momento, también ha funcionado. Recaudó más de catorce millones de euros en un fin de semana complicado (era el de la Superbowl), superó a títulos como Hansel and Gretel: Witch Hunters o El lado bueno de las cosas, y demostró que los muertos vivientes siguen teniendo tirón.

En este caso, el tirón buceaba entre el público adolescente. Porque la película, que mezcla la estética habitual de este tipo de propuestas terroríficas con gotas de humor y, cómo no, tragicomedia romántica, se centra en las peripecias de un joven y guapo zombi que se conforma con deambular por un mundo destruido, recordar el pasado y, de vez en cuando, darse un buen atracón de carne fresca. Hasta que se devora el cerebro de Perry, experimenta sus mismos recuerdos (es lo que pasa cuando te comes el cerebro de alguien) y, perdidamente enamorado de la novia de su víctima, decide buscarla en un escenario apocalíptico.

Protagonizada por Nicholas Hoult, Teresa Palmer y John Malkovich, la película ha recibido alabanzas de críticos tan prestigiosos y exigentes como Roger Ebert.