El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Alicante que en 2011 condenó a una pena de 13 años de prisión a un joven acusado de golpear con un bate de béisbol a una mujer de 62 años a la que asaltó, junto a otros dos menores de edad, mientras dormía, en febrero de 2010 en su domicilio de Jávea (Alicante), para robarle 700 euros y unas plantas de marihuana.

En una sentencia del 27 de diciembre de 2012, la sala de lo Penal del Tribunal Supremo desestima el recurso de casación interpuesto por el procesado, un joven británico de 20 años, contra la resolución de la Audiencia Provincial de Alicante, que le impuso cinco años de prisión por los delitos de robo con violencia y allanamiento de morada, y otros ocho años más por un delito de asesinato en grado de tentativa.

El condenado presentó recurso de casación alegando que la pena impuesta le castigaba "dos veces" la utilización de la agresión al incluir la violencia del robo junto con la violencia del homicidio.

Además, mantenía que el condenado "sólo intervino como cómplice y no como autor del asesinato en grado de tentativa", y entendía que los hechos eran constitutivos de un delito de lesiones consumadas, ya que no cabía imputar al recurrente dolo de matar.

El Tribunal Supremo sin embargo ha desestimado estos argumentos y ha confirmado la condena de 13 años para el recurrente, al que además impone las costas ocasionadas por su recurso.

HECHOS

Los hechos se produjeron el 27 de febrero de 2010, cuando el procesado y otros dos menores de edad se dirigieron, provistos de un bate de béisbol y guantes, a la vivienda de la víctima "con ánimo de incorporar a su patrimonio cuanto de valor allí encontrasen".

Una vez allí, abordaron a la víctima mientras dormía en la cama y la golpearon en repetidas ocasiones en la cabeza con el bate de béisbol que portaban, hasta que perdió el sentido y le robaron 700 euros.

Acto seguido, se marcharon precipitadamente del domicilio abandonando a la misma en dicho estado y quemaron las zapatillas que llevaban puestas. A la mañana siguiente, la limpiadora de la vivienda encontró a la víctima en estado de seminconsciencia y avisó a los servicios médicos y a la Policía.