Retiran de la atención telefónica a un técnico que atendió llamadas del Madrid Arena

  • Francisco M. atendió las llamadas de los amigos de Belén Langdon y Rocío Oña.
  • Contestó de manera incrédula a las peticiones de auxilio.
  • Ni el Ayuntamiento, ni el juez ni la Fiscalía ven negligencia en su actuación porque las ambulancias llegaron rápido a las instalaciones.
Dos coches de la Policía en las inmediaciones del Madrid Arena.
Dos coches de la Policía en las inmediaciones del Madrid Arena.
Ballesteros / EFE
Dos coches de la Policía en las inmediaciones del Madrid Arena.

El portavoz del Gobierno municipal, Enrique Núñez, comunicó este jueves que el técnico que atendió de manera "desafortunada" la llamada del entorno de dos de las víctimas mortales del Madrid Arena ha sido "retirado de la atención telefónica".

"No estuvo muy afortunado en la atención telefónica pero, independientemente de la poca fortuna que tuvo al transmitir la voz, el servicio fue despachado", explicó Núñez, que apuntó que el técnico contaba con la ayuda de un supervisor, que fue el que envió las ambulancias.

"Más allá de la anécdota desafortunada si me lo permiten, de esta persona que atendió al teléfono, el servicio se prestó", concluyó el portavoz municipal.

"¿Has bebido?"

La actuación de Francisco M. fue puesta en entredicho por su respuesta aparentemente incrédula a las llamadas de los amigos de Belén Langdon y Rocío Oña, que demandaban la presencia de ambulancias en la zona después de que las chicas fueran víctimas de la avalancha humana que se produjo en el pabellón.

"Sí, se está muriendo...", "¿Has bebido?" y "Ah, claro", contestó cuando los chavales le contaron que las chicas habían sido aplastadas y que necesitaban atención urgente. Además, les emplazó a llevar a sus amigas a distintas ubicaciones ante la imposibilidad de que las ambulancias llegasen hasta ellos debido a la saturación del recinto.

Francisco era funcionario del Ayuntamiento de Madrid y ejercía como conductor de vehículos oficiales hasta que la crisis hizo que el Consistorio redujera su número, por lo que le envió al puesto de operador telefónico del Samur. Para completar su adaptación tuvo que completar un curso de seis meses.

"No me expreso bien, no tengo don de palabra. Soy conductor, estoy ahí forzoso", se defendió después.

Ahora, el Ayuntamiento ha vuelto a cambiarle de puesto. Tanto los responsables municipales como los del Samur han defendido que su actuación, siendo "desafortunada", no influyó en la atención a las chicas, ya que la primera ambulancia llegó a los cuatro minutos de producirse la avalancha.

El juez que investiga el caso y la Fiscalía han descartado iniciar acciones legales contra él.

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