Los grupos rebeldes salafistas que controlan el norte de Mali atacaron este lunes la ciudad de Diabali (centro), situada en la región de Segú, controlada por las fuerzas regulares malienses, según fuentes de seguridad y habitantes de la localidad. "Los islamistas están combatiendo con el Ejército dentro de la ciudad", ha informado un vecino de la zona. "Empezaron a infiltrarse en la ciudad esta pasada noche, después de atravesar el río en grupos reducidos", ha añadido.

Además, un portavoz del Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental —MUYAO, una de las principales facciones islamistas de Mali—, Oumar Ould Hamaha, ha jurado que los ciudadanos franceses pagarán por los ataques aéreos de su país contra su principal feudo, Gao, donde decenas de milicianos han muerto por un bombardeo contra un depósito de combustibles y uno de sus cuarteles generales.

El ataque rebelde en la ciudad de Diabali ha sido confirmado también por el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, que ha reconocido por primera vez el avance en esta zona de los insurgentes. "Esta mañana tomaron Diabali después de un combate importante y de la resistencia del Ejército de Mali, que estaba insuficientemente dotado en ese momento", señaló en una entrevista concedida a la cadena BFM.

Este es el primer ataque lanzado por las fuerzas insurgentes contra territorio maliense bajo la órbita del gobierno central de Bamako desde la intervención militar francesa el pasado viernes.

El Ejército francés prestó apoyo aéreo para frenar la ofensiva lanzada por el grupo salafista Ansar al Din hace una semana contra la localidad de Kona, situada en la provincia de Mopti, al este de Segú.

Tras la intervención francesa, que se extendió hacia el interior del norte de Mali con el bombardeo de posiciones rebeldes, los combatientes salafistas se retiraron de Kona.

Diabali se encuentra a unos 180 kilómetros de Segú capital y a unos 400 de Bamako, en una región boscosa fronteriza con Mauritania y con Azawad, nombre que recibe la región bajo influencia rebelde.

El pasado marzo, insurgentes tuareg se hicieron con el control de las regiones septentrionales de Kidal, Gao y Tombuctú aprovechando el vacío que siguió al golpe de Estado que depuso al presidente Amado Tumani Turé.

Tras un periodo de negociaciones infructuosas y luchas internas, Ansar al Din salió reforzado frente al resto de grupos y en junio pasado se hizo con el mando de la rebelión, con el apoyo de los terroristas de Monoteísmo y Yihad en África Occidental (MYAO) y la connivencia de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene previsto analizar este lunes la situación y operación militar en Mali a petición de Francia.

El país galo explicará a los demás miembros cómo han sido sus acciones aéreas, destinadas a frenar el avance de los rebeldes islámicos que tienen lazos con Al Qaeda.