Aunque en un principio el Ayuntamiento no estaba a favor de este tipo de artilugios, el escaso civismo de los ciudadanos ha hecho recapacitar a los representantes del Gobierno local y los ha animado a tomar medidas para lograr una mayor limpieza.

De entrada, tal y como aseguró ayer el concejal de Medio Ambiente, Florencio Cardador, este proyecto se llevará 12.000 euros de los presupuestos locales del próximo año. «A ver si logramos conseguir algo más de dinero para ampliar la cobertura del plan y poner así más ceniceros», añadió el edil.

Este nuevo proyecto del Ayuntamiento se suma a la  iniciativa, implantada hace dos años, de repartir ceniceros portátiles en las playas cada verano. Durante esos meses, el Ayuntamiento reparte cucuruchos de plástico para evitar que los fumadores entierren las colillas en la arena y que éstas vayan a parar al mar.

De hecho, según datos municipales, cada colilla tiene un elevado poder contaminante y puede afectar hasta a cincuenta litros de agua.

A Coruña será la primera ciudad gallega en poner en marcha este sistema, aunque por el momento el Ayuntamiento no ha explicado cómo será el diseño de estos ceniceros. La idea ya funciona con éxito en otras ciudades como Bilbao. En Alicante, el Ayuntamiento anunció su instalación este año, y en Málaga las papeleras tienen una rejilla exterior para apagar el cigarro y tirar la colilla después en la bolsa.

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Llega la patrulla verde

Otro de los proyectos que Medio Ambiente pondrá en marcha el próximo año será la patrulla verde, una medida anunciada hace más de tres años y que ahora tomará forma. Serán cuatro agentes de la Policía Local los encargados de vigilar el cumplimiento de la ordenanza de limpieza. Así, a partir de la próxima primavera, la patrulla podrá sancionar por ejemplo a los que no separen los residuos en sus respectivos contenedores o a los que bajen la bolsa de la basura fuera de hora.

3.000 ceniceros portátiles repartió el Ayuntamiento el pasado verano en las playas de la ciudad.