Homenaje artístico a ECM, el sello discográfico alemán que postuló la belleza del silencio

  • La exposición "ECM – Una arqueología cultural" reivindica la filosofía artística de la discográfica de Munich creada en 1969.
  • Su fundador, el productor Manfred Eicher, basaba todo el trabajo artístico en el trinomio claridad, calidad y frescura y proponía  "escuchar con los ojos".
  • La muestra explora la influencia en las artes visuales del sello donde grabaron Keith Jarrett, Chick Corea, Carla Bley, Don Cherry, Egberto Gismonti, Jan Garbarek...
Mosaico con varias cubiertas de discos de ECM
Mosaico con varias cubiertas de discos de ECM
© ECM - Barbara Wojirsch y Dieter Rehm
Mosaico con varias cubiertas de discos de ECM

La importancia de la discográfica alemana Edition of Contemporary Music, que todos conocemos por las siglas ECM, no admite debate. Desde su fundación, en 1969, la empresa desarrolló, como proponía uno de eslóganes, "el arte del buen escuchar", logró desvanecer las artificiosas fronteras entre géneros musicales, se adelantó con naturalidad y sin necesidad de etiquetas a lo que la industria mainstream llamaría músicas del mundo y publicó centenares de álbumes donde cada elemento —el musical, desde luego, pero también el gráfico y el artístico— eran considerados com0 parte de un todo en equilibrio.

El fundador de la empresa, el mítico productor Manfred Eicher (1943), opinaba que toda experiencia artística ha de estar dominada por los valores de la claridad, la calidad y la frescura, proponía a los espectador-oyente "escuchar con los ojos" y preconizaba que los discos de su empresa contenían "el sonido más bello después del silencio" porque eran "transparentes".

Con esas máximas y dejando bastante de lado los intereses comerciales, Eicher logró, sobre todo durante las décadas de los años setenta y ochenta, lo que parecía imposible: la emigración a Munich, base de operaciones de ECM, de grandes figuras del jazz estadounidense, que encontraron en la discográfica, el respeto que las grandes corporaciones insultaban mediante estrategias de venta, control sobre el producto y contratos abusivos. No fueron los únicos, el catálogo de la discográfica contiene hoy una enorme lista de artistas.

Libres de complejos

Para Eicher grabaron, entre otros, Keith Jarrett, Chick Corea, Carla Bley, Don Cherry, Egberto Gismonti, Jan Garbarek, Pat Metheny, Bill Frisell, Art Ensemble of Chicago, Steve Reich y unas cuantas docenas más de músicos libres de complejos. Si pulsan ustedes en los vínculos y escuchan, a ser posible "con los ojos", comprobarán la injusticia —y la tontería— de sostener, como hacen algunos, que ECM era un sello dedicado al jazz.

La filosofía artística de la empresa recibe ahora el homenaje merecido del mundo del arte. El museo Haus Der Kunst de Munich acaba de inaugurar ECM — Eine kulturelle Archäologie(ECM — Una arqueología cultural), una exposición, en cartel hasta el 10 de febrero de 2013, que postula la trascendencia de la filosofía ECM en las artes visuales de las últimas cinco décadas.

La exposición ha sido concebida como un "campo sensorial" con impulsos fotográficos, fílmicos, gráficos y sonoros, obras plásticas e instalaciones. Este método de representación, dicen desde el museo, "rinde homenaje" a los métodos de trabajo de ECM, basados en patrones interdisciplinarioa e interculturales y en la exploración de la "compleja relación entre el sonido y la imagen".

Filosofía de la transparecencia

Durante la muestra serán proyectadas películas en cuyos patrones estéticos y realización jugó una clara influencia la filosofía de "transparencia" propuesta por ECM, entre ellas Nouvelle Vague, un largometraje de 1990 de Jean-Luc Godard para el que Eicher compuso la banda sonora ("la película es mucho mejor si la ves con los ojos cerrados", dijo el director); O melissokomos (1986), de Theodoros Angelopoulos (1986), donde la música es de uno de los artistas de cabecera de ECM, el saxofonista Jan Garbarek, y Gerry (2003), de Gus Van Sandt, que rindió homenaje con el film a la belleza del silencio propuesta por los artistas de la discográfica.

Otros campos explorados en ECM — Eine kulturelle Archäologie son la fotografía y el diseño gráfico de cada disco y la documentación visual de las sesiones de grabación. En la concepción de cada álbum la empresa también jugó con coherencia con sus ideas de no intervención o de representación blanda. Salvo en contadas excepciones, ECM no incluía retratos de los músicos en las carpetas o el interior de los discos.

No generar ruido gráfico innecesario

Finalmente, la muestra se detiene en las obras de arte, dibujos, acuarelas y collages, con frecuencia mono o bicromáticos utilizados para las carpetas. La idea central es, otra vez, la misma: no generar ruido gráfico inncesario y mantener un inmenso respeto por la calma.

En Munich se exhiben antologías de los trabajos para ECM de dos de sus colaboradores más activos: Barbara Wojirsch y Dieter Rehm, diseñadora gráfica y fotógrafo, respectívamente, que han firmado el empaquetado de decenas de discos desde 1970 hasta mediados de 1990.

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