El día después de la 'operación Emperador': normalidad y desolación en el 'polígono chino'

  • El polígono Cobo Calleja presenta dos focos: el de las tiendas excluidas de la 'operación Emperador', y los chinos sin trabajo porque sus jefes fueron detenidos.
  • La nave más grande de las que fueron registradas presenta un reguero de trabajadores chinos que deambulan sin un rumbo fijo.
  • Algunos de los trabajadores españoles en el Polígono aseguran que una operación como la sucedida "se veía venir".
  • El ministro del Interior dice que puede haber más detenciones.
Ciudadanos chinos a las puertas de la Audiencia Nacional, donde los detenidos en la "operación Emperador", comenzarán a pasar a disposición judicial.
Ciudadanos chinos a las puertas de la Audiencia Nacional, donde los detenidos en la "operación Emperador", comenzarán a pasar a disposición judicial.
EFE
Ciudadanos chinos a las puertas de la Audiencia Nacional, donde los detenidos en la "operación Emperador", comenzarán a pasar a disposición judicial.

El polígono Cobo Calleja presenta este miércoles dos focos claramente diferenciados: el de las tiendas excluidas de la 'operación Emperador', donde la vida sigue con normalidad, y el de la desolación de aquellos chinos que en esta jornada se encuentran sin trabajo, después de que sus jefes fueran detenidos el martes.

A la entrada de Cobo Calleja, el mayor centro comercial de empresarios chinos de toda Europa, uno podría pensar que es un día más, con los coches, camiones de reparto, atascos y comerciantes en las puertas de los negocios.

Sin embargo, al llegar al eje principal de esta zona empresarial, en la calle que da nombre al polígono, todavía se encuentran restos del terremoto que sacudió la zona en forma de decenas de registros, detenciones y furgones policiales recorriendo las naves. Ya no hay presencia policial alguna, pero la nave más grande de las que fueron registradas presenta un reguero de trabajadores chinos que deambulan sin un rumbo fijo.

"No hay trabajo. No hay comida. Sólo agua...", acierta a expresar un empleado chino mientras señala una pequeña taza de té que se ha preparado, sentado junto a uno de los locales cuya puerta está precintada por la Policía.

Sus jefes se encuentran detenidos y cuando se les pregunta responden que no hay trabajo; otros, más reacios, aseguran no hablar español; mientras que alguno, en la calle, se marcha en un lujoso BMW cuando advierten la cercanía de los pocos periodistas que merodean la zona.

En la tienda colindante a Gold City SL, el primer local que fue abierto este martes por la Policía, atiende Mao Yezhgnao, dueño de un establecimiento de venta de artículos de bazar al por mayor desde el pasado mes de abril. "Yo no estoy implicado. No tengo ningún problema en hablar. Llevo 20 años viviendo en España. La Policía registró toda mi tienda, pero no tengo ningún miedo, no tengo nada que ocultar", asegura con convencimiento.

Mao dice que veía "las caras" cada día a sus vecinos de local, ahora cerrados, pero afirma que nunca vio nada extraño: "Nosotros los chinos, cada casa, su negocio. Somos muy reservados. Cada uno cuida de su propio negocio".

"Las ventas van a bajar, claramente"

Lo que sí lamenta es que la 'operación Emperador' va a afectar también a los comercios adyacentes, pese a no estar implicados: "Las ventas van a bajar, claramente. Este martes esto estuvo cerrado y estuvimos sin trabajo. Hoy, también sin trabajo. Dos días perdidos ya. Y los trabajadores necesitan cobrar. Ahora todos los trabajadores están en la calle sin trabajar".

Pero no para todos ha sido perjudicial este suceso. En uno de los bares próximos a esta nave, el camarero reconoce que no le importaría "que hubiera uno de estos de vez en cuando". "Se nota mucha más actividad que en un día normal. Hay más chinos que nunca, muchos que no vienen habitualmente. A ver si hay follones de estos más a menudo", ironiza.

Calle arriba, en Villablino 45, otro de los negocios implicado, un par de coches paran frente a la puerta, bajan a mirar, pero al ver el cierre echado, vuelven por donde han venido. En el resto del polígono, los comercios desarrollan su actividad normal de venta al por mayor, y algunos de los trabajadores españoles aseguran que una operación como la sucedida "se veía venir".

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