Los pintores del gótico internacional (el que se desarrolló entre finales del siglo XIV y principios del XV) comenzaban a preocuparse por la naturalidad de las posturas y por las perspectivas. A menudo se olvida que antes del esplendor renacentista que llegó un siglo después, en torno al año 1400 se gestaron las condiciones idóneas para que tuviera lugar una de las eras artísticas más prósperas de la historia del arte.
Todavía no se sabía de la existencia del continente americano, la sociedad evolucionaba del feudalismo a la burguesía con el florecimiento de las ciudades. Los artistas de los Países Bajos, Francia y Alemania viajaban y colaboraban en un enriquecedor intercambio de ideas promovido por las cortes. Era tal la movilidad que los estudiosos modernos del arte encuentran dificultades para establecer el origen de las obras de la época.
El museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam (Holanda) inaugura el 13 de octubre De weg naar Van Eyck (El camino hacia Van Eyck). La ambiciosa muestra explora con detalle el panorama artístico del que aprendió el primer maestro de la pintura flamenca, Jan Van Eyck (1390-1441), y culmina con una colección de sus obras, que iniciaron la transición del gótico internacional a la pintura flamenca.
La atmósfera que hizo crecer a Van Eyck como artista
Los ataques a la iconografía católica fueron frecuentes en la reforma protestante y se conservan pocas piezas de los Países Bajos fechadas en torno al año 1400. La exposición unifica las nacionales con las alemanas y las francesas en una selección de casi cien obras que ofrece una visión general de la atmósfera en la que Van Eyck creció como artista. El conjunto (dominado por pinturas sobre tabla, en auge en aquel momento) incluye el célebre Tríptico de Norfolk, un trabajo clave para entender el panorama pictórico previo al autor flamenco.
Los organizadores de la muestra —que se podrá visitar hasta el 10 de febrero— destacan además manuscritos iluminados, esculturas, trabajos decorativos en oro y plata... La exposición es una oportunidad para contemplar los escasísimos bocetos de obras que se destruyeron o se perdieron, testimonios únicos del proceso creativo de los artistas del gótico tardío.
Entre la colección de obras de Van Eyck que reúne la muestra está La anunciación (1434) —procedente de Washington—, un ejemplo del tratamiento de las sombras y del volumen que el maestro desarrolló también en el Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa.
Las únicas miniaturas que realizó al artista (en el Libro de Horas de Turín) y la tabla Santa Bárbara se unen al atractivo de la restaurada Las tres Marías ante el sepulcro (un cuadro que también se atribuye a Hubert Van Eyck, hermano mayor del artista) para mostrar la obra del pintor que gozó de mayor fama en el siglo XV.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios