La primera empresa aragonesa dedicada a la cría y venta de caracoles 'Aracol', situada en Ejea de los Caballeros, mantiene 15 granjas de engorde en la Comunidad.

En declaraciones a Europa Press, uno de los responsables de la empresa, José Melero, ha informado de que esta empresa se dedica a la "cría intensiva de alevines en ambiente controlado, para su posterior comercialización a sus propios integrados, a clientes de toda España e incluso a granjas francesas".

Melero ha explicado que los caracoles no sólo son un producto alimentario, también se usan para medicina y cosmética, sobre todo "por las propiedades de la baba de caracol".

Los caracoles son herbívoros, por lo que transforman proteínas vegetales en proteínas animales de gran calidad biológica y gastronómica. Su carne se destaca por el alto contenido de elementos minerales: calcio, hierro, magnesio, zinc, yodo, cobre y manganeso.

Así, Melero ha mencionado que sus ácidos grasos poliinsaturados hacen a la carne de caracol un alimento recomendado para dietas especiales en casos de híper-trigliceridemia e híper-colesterolemia.

COSMÉTICA

En América del Sur la mayor parte de los criaderos están destinados a la industria de la cosmética. En esta zona se ha desarrollado un método para extraer la baba de los caracoles, la especie que se utiliza es la 'Helix Aspersa'.

De la baba extraen algunos de sus componentes para después desarrollar cremas que suelen contener entre un 85 por ciento y un 97 por ciento de proteína pura de baba de caracol, ha subrayado Aracol.

"Estos productos se utilizan para el tratamiento de la piel en general, pero la baba de caracol es especialmente buena para las heridas y para suavizar las arrugas de la piel", ha apostillado Melero.

El futuro de la empresa

Respecto al futuro de la empresa Aracol, José Melero ha recalcado que "por ahora", teniendo en cuenta la crisis económica por la que atraviesa España, "lo que hacemos es mantenernos".

En este sentido, ha comunicado que la compañía tenía en mente iniciar un proyecto de I+D+i que, finalmente, no ha sido posible por falta de financiación.