Londres, Barcelona, Roma... ¿por qué ellas, y no otras, han acogido los últimos rodajes de Allen?

  • El cineasta de la Gran Manzana cada vez graba menos en su ciudad y trabaja en distintas localizaciones europeas que le ofrecen "buenas condiciones".
  • Este viernes estrenará 'A Roma con amor', en la que participa Penélope Cruz.
  • Woody Allen narra en este filme un nuevo enredo amoroso.
El director Woody Allen y su esposa Soon-Yi Previn, durante el rodaje de The Bop Decameron en Roma.
El director Woody Allen y su esposa Soon-Yi Previn, durante el rodaje de The Bop Decameron en Roma.
Remo Casilli  / Reuters
El director Woody Allen y su esposa Soon-Yi Previn, durante el rodaje de The Bop Decameron en Roma.

"Nunca había estado allí, pero todo me sonaba muchísimo..." Más de uno habrá escuchado esas (o parecidas) palabras sobre Nueva York, y algo de cierto hay: la Gran Manzana es la urbe más conocida del mundo, y uno de los grandes responsables es el cine de Woody Allen. El mismo que en los últimos años ha rodado cada vez menos allí, para trabajar en distintas ciudades de Europa que bien pagan su genialidad.

Todo comenzó en 2005, cuando el director rodó en Londres Match Point. La fórmula era novedosa: Allen reunía a sus productores habituales (Charles H. Joffe, Helen Robin, Jack Rollins o su propia hermana, Letty Aronson) con socios locales. ¿Por qué? Como explicaba Nicky Kentish Barnes, socio londinense del proyecto, "Match Point no tenía por qué desarrollarse aquí, pero a Allen le gustaba la ciudad y las condiciones eran interesantes para todo el mundo".

El resultado también fue interesante: con estrellas como Scarlett Johansson y un presupuesto de 11,5 millones de euros, Match Point recaudó 65 millones en todo el mundo. El Allen creador era feliz ("En EE UU los productores quieren intervenir en todo, en Europa se fían de mí") y el Allen inversor, también ("Siempre estoy luchando por encontrar dinero... Si un país me llama y me paga una película tengo que tomármelo en serio").

Y tanto: Allen volvió a Londres a rodar Scoop (2006), El sueño de Casandra (2007) y Conocerás al hombre de tus sueños (2010), donde actuaba Antonio Banderas y coproducía Mediapro, empresa española que ya había participado en Vicky Cristina Barcelona (2008). Todo empezó así: Jaume Roures, fundador y presidente de la compañía, leyó en una entrevista que Allen quería rodar en Barcelona. Se puso en contacto con su hermana, le dijo que el interés era mutuo y todo se puso en marcha. "El proceso fue muy rápido", nos dicen desde Mediapro, "y solo un año después estábamos rodando. Terminó la película en fecha, cumplió el presupuesto (11,5 millones de euros, para una recaudación de casi 76,5) y quedamos tan satisfechos que firmamos otras tres películas".

Dos ya se han estrenado: la mencionada Conocerás al hombre de tus sueños y Medianoche en París (2011), rodada en la capital francesa y, hasta ahora, el mayor éxito de Allen con 115 millones de euros de recaudación (costó 13). Londres, Barcelona, París y, ahora, A Roma con amor, que se estrena mañana en España, donde actúa Penélope Cruz (también trabaja, como en Vicky Cristina Barcelona, la diseñadora de vestuario Sonia Grande) y de la que Mediapro tiene "solo" los derechos para España, pero que no ha coproducido.

Una franquicia mundial

En resumen: que el que parecía ser el cineasta neoyorquino por excelencia se ha convertido en una especie de franquicia mundial que adapta sus historias al lugar que más interese...y mejor pague. Vicky Cristina Barcelona, por ejemplo, se desarrollaba originalmente en San Francisco, pero Allen no tuvo problema en trasladar la acción a la Ciudad Condal cuando vio que España coproduciría la película. ¿Recibió esta, como se ha rumoreado, un millón de euros del Ayuntamiento y otro medio millón de la Generalitat? En Mediapro lo niegan, pero sí reconocen haber recibido "ayudas económicas, las mismas que cualquier otra coproducción: tenía el mismo derecho, porque es una película española".

Lo que obtuvieron Barcelona, Cataluña y España fue, eso sí, una repercusión mayor a la de cualquier otra película española. La Oficina de Turismo de Barcelona, por ejemplo, pide cada poco tiempo cientos de DVD a Mediapro y Warner (la distribuidora de la película) para repartir en agencias de viajes de todo el mundo, sobre todo de Asia: en Japón, por ejemplo, se publicitan rutas turísticas que recorren los escenarios de la película para conocer "la Barcelona de Woody Allen". Penélope Cruz ganó el Oscar (el primero para una actriz española) gracias a esta producción, difundiendo el talento patrio por todas partes. Y bueno... ¿Hay mejor forma de promocionar una ciudad que la de aparecer en el título de la última producción de Woody Allen, algo que casualmente se ha repetido en el caso de Medianoche en París o A Roma con amor?

Sin imposiciones

Algo que, claro, también ha provocado suspicacias: algunos críticos definen estas películas como publirreportajes hechos por una mano, eso sí, maestra. Pero según Mediapro, "nadie impone a Allen qué planos ni qué lugares tiene que retratar". Y seguramente sea cierto: si te ofrecen La Pedrera y tu visión de Barcelona es, como dice Allen, "la de cualquier turista americano", ¿te negarías a aprovechar la oportunidad de rodar en un lugar como el creado por Gaudí.

Y después de Roma, ¿qué?

En A Roma con amor,  Allen vuelve a narrar una historia de enredos amorosos (en la que Penélope Cruz encarna a una simpática prostituta) que, es cierto, podría desarrollarse en cualquier otro lugar del mundo. Pero la maquinaria Allen no para: hoy mismo rueda en Nueva York, ya que su próxima película transcurrirá entre esa ciudad y San Francisco. ¿La siguiente? Como con los Juegos Olímpicos, hay candidatas: Moscú, ciudades de China, Latinoamérica o Israel... Será él mismo, como siempre, quien lo desvele.

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