La economía china se ralentiza: ¿hasta cuándo podrá soportar los efectos de la crisis mundial?

  • La clave de la expansión de China estaba hasta hace poco en la combinación de una política de exportaciones, mano de obra barata e inversión exterior.
  • Sin embargo, el crecimiento chino ha dado un giro radical al verse lastrado por la crisis en EE UU y Europa, este último su principal socio comercial.
  • La mano de obra se ha revalorizado y el Gobierno chino trata de contrarrestar ese estancamiento con programas de expansión interna.
  • El debate está presente en el seno del Gobierno: unos quieren seguir controlando los sectores estratégicos mientras otros prefieren que entre la inversión privada.
  • "La economía china no se tambalea, si lo hiciera nos hundiríamos todos", asegura a '20minutos.es' un experto empresario en el país asiático.
Un niño se cubre el rostro con la bandera china, delante de una mujer.
Un niño se cubre el rostro con la bandera china, delante de una mujer.
How Hwee Young / EFE
Un niño se cubre el rostro con la bandera china, delante de una mujer.

China está viviendo un momento decisivo en su economía, y EE UU y Europa, sus principales socios comerciales y potencias rivales, lo saben. La segunda potencia económica mundial ha visto decrecer sus exportaciones —en agosto aumentaron un 2,7%, un dato superior a julio pero inferior al esperado— hasta un punto que no se veía desde hace tres años, según los datos divulgados esta semana por la Administración General de Aduanas (AGA) china. La caída de sus ventas al exterior, lastrada por la crisis estadounidense y de la eurozona, ha generado que desde hace un tiempo el Gobierno chino se replantee su dependencia de las exportaciones y apueste por estimular el consumo interno del país.

El Gobierno chino es consciente de que la tasa de crecimiento, de un 7,6% en el segundo trimestre, está cayendo en comparación con otros años, cuando crecía de media en torno al 10%. "El crecimiento económico encara una notable presión negativa", reconoció este fin de semana el presidente chino, Hu Jintao, en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC). El primer ministro chino, Wen Jiabao, también se mostró preocupado por los recientes datos: "No hay que subestimar los riesgos globales que empujan a un retroceso", advirtió este martes.

El objetivo de crecimiento para este año es de un 7,5%, medio punto porcentual menos que el año anterior. Con el fantasma de la crisis occidental rondando sobre el gigante asiático, China ha llevado a cabo en los últimos meses una serie de medidas, como el recorte de los tipos de interés o nuevas inversiones en infraestructuras —desembolsará 800.000 millones de yuanes (97.000 millones de euros) en proyectos de nuevas líneas de metro y tren—, que sumadas a otras como el recorte de impuestos o políticas para alentar las inversiones del sector privado, ayudarán a estabilizar —según ha indicado Wen Jiabao— la economía del país y cumplir con el objetivo planteado para este año.

El contrapeso de la demanda interna

"El milagro chino es una combinación de exportaciones, mano de obra barata e inversión exterior", constata a 20minutos.es Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China. A la caída de las exportaciones por la crisis en la eurozona —su principal socio comercial—, este experto añade también que "la mano de obra se está revalorizando y eso provoca una situación de cambio que genera decrecimiento".

"En las últimas décadas, el crecimiento chino fue muy intenso y está claro que esas tasas, de en torno al 10%, no se pueden mantener indefinidamente", sostiene por otro lado Xavier Vence, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Santiago de Compostela.

Para Vence, el factor fundamental que explicaba esas tasas de crecimiento tan altas eran las exportaciones: "En previsión de que las ventas al exterior pudieran ir a peor en estos tiempos, el Gobierno chino puso en marcha un programa de reducción de las desigualdades internas, y en esa línea están ahora, con programas de expansión interna de la economía para contrarrestar el estancamiento de la demanda europea y de la norteamericana", explica este economista.

Según Xulio Ríos, en este momento "convergen dos procesos en la economía china: el derivado de la crisis y el del cambio de modelo de desarrollo", resume. "Su modelo de crecimiento ya no puede ser como fue en el pasado", añade Xavier Vence.

El control del Gobierno en la economía china

El poder del Estado en la economía es evidente. En un país donde el Partido Comunista controla los principales sectores estratégicos, resulta obvio su capacidad para manejar el rumbo de la economía y del crecimiento.

Vence apunta a la inversión en innovación y desarrollo como clave en un futuro para China: "Producen más ingenieros al año que todo el mundo junto. Están apostando por la innovación, no solo compiten con salarios bajos. También han apostado por programas de desarrollo rural, de mejora de los servicios públicos y del estado de bienestar, lo que les permite mejorar la demanda interna".

Xulio Ríos, por su parte, indica que "un país con esas palancas públicas de intervención en la economía está en mejor posición para hacer frente a la crisis que las economías occidentales". Para Ríos, "el nivel de interdependencia de la economía en China es muy fuerte, y pensar que a través del impulso de la demanda interna puede venir la solución carece de sentido", señala.

De ahí el debate, según el director del Observatorio de la Política China, existente en el seno del Gobierno: cómo garantizar la continuidad del crecimiento. "Lo que está provocando la crisis es una agudización sobre el modelo de economía a construir", sostiene Ríos. "Hay un debate muy profundo dentro del Gobierno: algunos consideran que la senda del crecimiento se garantiza mucho mejor reservando para el estado el control de los principales sectores estratégicos, mientras que otros opinan lo contrario, que hay que dejar entrar en esos sectores a la inversión privada".

Construcción y burbuja inmobiliaria

El éxodo rural y el fuerte programa de inversión del Gobierno chino también han provocado que la construcción en el país se haya disparado en la última década. Tanto, que desde hace varios años se habla de una burbuja inmobiliaria en el país. "Hay un cierto peligro por ella, pero la están 'pinchando' desde el Gobierno tomando medidas", asegura Marcelo Muñoz, decano de los empresarios españoles en China.

Xulio Ríos, por su parte, añade que desde 2008 el Estado chino "está intentando aprender de la crisis de Occidente para no caer en sus errores, y la única arma a su disposición en estos momentos es la inversión pública. Esto genera inflación, pero a niveles controlables", dice.

El catedrático Xavier Vence divide ese volumen de construcción en dos tipos: "Hay una parte que responde a una especie de burbuja, de exceso de inversión, pero hay otra que responde a una previsión de crecimiento urbano debido a la emigración de la población rural hacia zonas urbanas".

José María Mella, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid, no cree que llegue a estallar la burbuja: "El gobierno chino considera que la especulación y el acceso al crédito barato han facilitado el aumento de precios y ya ha adoptado medidas para limitar el acceso a la financiación e incrementar su coste. En realidad, en las principales ciudades chinas se observa desde hace un tiempo caídas de precios inmobiliarios".

Vence también diferencia entre la especulación urbanística que existe en países como España con la de China: "No hay especulación del suelo, puede haber ayuntamientos que se lancen a la promoción inmobiliaria y se equivoquen, pero todo es suelo público estatal. Hablar de burbuja puede tener sentido, pero no tiene nada que ver con el tipo de burbujas especulativas de aquí porque están basadas en otro tipo de negocio", relata el economista.

Europa y China: intereses compartidos

Los lazos entre el gigante asiático y Europa son grandes. "China tiene 400.000 millones de euros de deuda europea que ha comprado para ayudar a Europa", explica Marcelo Muñoz, también autor del libro El enigma chino. Treinta años de observador. Añade Muñoz que "dentro de esa deuda se calcula que unos 30.000 millones corresponden a deuda española, así que está soportando en gran medida los problemas de deuda europeos".

Muñoz opina que a diferencia de Europa, "que está superendeudada", el país asiático tiene reservas: "La economía china no se tambalea, si lo hiciera nos hundiríamos todos", asegura.

¿Cuáles son entonces las opciones que tiene Europa? Marcelo Muñoz opina que la expectativa para los europeos es "atraer más inversión china. Se calcula que este año saldrán 75 millones de turistas chinos. Ahí está nuestra tarea, movernos. Es tan importante el crecimiento de China para todos porque si crece nos beneficia".

José María Mella cree que España debería estar mucho más presente en el mercado chino, "tanto por el lado de la inversión como del comercio, al igual que el resto de Europa. El futuro del siglo XXI se dirime en Asia", concluye este experto.

Por otro lado, el economista Xavier Vence dice que "el problema es que entre Europa, EE UU y China hay una relación destructiva. Nosotros estamos perdiendo continuamente una parte de nuestro sistema productivo, ya que todo lo que se importa viene cada vez más de países como China o India, y eso supone que aquí se deje de producir, quedando un sistema productivo escuálido, de ahí que tengamos esas tasas altas de paro y poco crecimiento", asegura Vence.

Xulio Ríos se muestra convencido de que el Gobierno chino "dispone de capacidad suficiente para controlar los grandes hilos de su economía y tratarán de hacer todo lo posible. No hay peligro de derrumbe, es evidente que tienen dificultades y que estas se han agudizado con la crisis global", sentencia.

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