El ladrón del Códice robó la caja fuerte en 2005 y a varios vecinos

  • Tenía las llaves y el Obispado detectó un desfase ese año en su contabilidad.
  • Le gustaba robar también las cartas privadas de los demás.
  • El organista de la catedral también robó, según la investigación.
El electricista Manuel Fernández Castiñeiras, detenido como presunto autor material del robo del Códice Calixtino, junto a su hijo.
El electricista Manuel Fernández Castiñeiras, detenido como presunto autor material del robo del Códice Calixtino, junto a su hijo.
Xoan Rey / EFE
El electricista Manuel Fernández Castiñeiras, detenido como presunto autor material del robo del Códice Calixtino, junto a su hijo.

La investigación avanza y las pesquisas siempre llevan a la misma conclusión: Manuel Fernández Castiñeiras era un gran amigo de lo ajeno. No solo robó el Códice Calixtino y lo tuvo oculto en su garaje durante un año entero, sino que también sustrajo el dinero que se guardaba en la caja fuerte de la catedral de Santiago en el año 2005.

El electricista de la catedral, que estuvo trabajando para el Obispado entre 1980 y 2005, tenía en su poder una copia de las llaves de la caja fuerte y se sospecha que parte de los 1,8 millones que se encontraron en su casa y en la de su hijo proceden de allí. "El Obispado nos informó de que ya detectó un desfase entre lo recaudado y la contabilidad final de ese año y que ya entonces sospecharon del electricista, aunque no lo denunciaron. Que tuviera las llaves en su poder cierra el círculo", señalan a 20 minutos fuentes de la investigación.

Las mismas fuentes intentan ahora dilucidar la procedencia de cada euro encontrado en las casas de Fernández Castiñeiras, una tarea que no será nada fácil. Han aparecido libretas donde llevaba una especie de contabilidad de lo que 'ingresaba', pero solo de los años 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. Yno hay  que olvidar que estuvo trabajando (sin contrato) para la catedral 25 años.

El Obispado ha informado de que en la última década la catedral de Santiago ha ingresado una media de 1,6 millones cada año: 720.000 euros procedentes de las donaciones de los fieles; 525.000 euros de los visitantes al Museo y 230.000 euros de las tiendas del templo. Dinero que se elevaba a 2,2 millones en los años santos, 2004 y 2010. Es decir, que el electricista disponía de todo un caudal de monedas y billetes a su alcance, ya que tenía las llaves de casi todas las dependencias de la catedral.

Fernández Castiñeiras era un gran cleptómano. "Llego incluso a robar cartas privadas de los canónigos de la catedral que el deán se dejó un momento en una mesa mientras atendía a una llamada telefónica". Está claro que le gustaba la correspondencia privada de otras personas. En su casa también había cartas de sus vecinos, que robaba de los buzones. Así como las llaves del local de una asociación vecina del barrio, de la que Fernández no era socio. Por eso también está imputado de un delito contra la intimidad.

La Brigada de Patrimonio Histórico ha abierto una nueva vía de investigación: Fernández Castiñeiras también pudo robar a muchos vecinos en sus propias casas. Era el electricista de confianza de la catedral y hacía chapuzas, recomendado, en muchos domicilios.

El organista también robó

Manuel Fernández Castiñeiras no fue el único ladrón de la catedral. La investigación también permitió llegar hasta el músico que había trabajado de organista en el templo. Tiene problemas psicológicos y llegó a llamar a la Policía para decir que alguien iba a esconder el Códice Calixtino en su casa para inculparlo. Al final encontraron en su poder un facsímil del Libro de las Horas, también sustraído de la catedral, valorado en unos 10.000 euros.

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