La Audiencia Provincial de León ha condenado a los dos acusados de la muerte de la joyera leonesa Marta Villayandre a 14 y 15 años de prisión por la autoría de un delito de homicidio, concurriendo la agravante de abuso de superioridad, y a otros 4 años cada uno por el delito de robo, según la sentencia comunicada este lunes a las partes.

En concreto, la sentencia fija una pena de 19 años de cárcel para O.T.R, al que considera autor material de la muerte de la joyera y quien a lo largo del juicio negó cualquier participación en los hechos. El otro acusado, C.E.M.R., quien confesó el crimen, ha sido condenado a un total de 18 años de prisión.

Del mismo modo, les condena al pago por partes iguales de las costas procesales y a la indemnización a la familia de más de 200.000 euros, así como el abono de la cantidad de 25.000 euros a la empresa dueña de las joyas que vendía Villayandre.

El Tribunal ha probado las pruebas practicadas en los autos entre las que destaca la declaración de los dos acusados, de los testigos que confirmaron que Óscar T.R. estaba en Oviedo aquel 18 de enero de 2011, el informe de la autopsia del cadáver en la que se confirmaba la muerte por los "tres mecanismos distintos de asfixia mecánica" y los informes de tasación de las joyas sustraídas, hechos que integran un delito consumado de robo con violencia penado en los artículos 137 y 242.7 del Código Penal.

Por último, la sala se ha inclinado por acoger la tesis del Ministerio Fiscal y entender que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio agravado por la circunstancia de abuso de superioridad y no en la modalidad de alevosía sorpresiva como solicitaba la acusación particular.

El suceso

La joyera Marta Villayandre, de 40 años, desapareció el 18 de enero de 2011 y su cadáver fue localizado el 31 de enero en un barranco de la N-630, en la localidad de Campomanes, en el término municipal de Pola de Lena, Asturias. Durante los primeros días de investigación, la Policía Nacional detuvo a cuatro personas, Óscar T.R. y Carlos-Enrique M.R., el hermano de éste último, que fue expulsado del territorio español, y su mujer, que finalmente quedó fuera de la causa. Tras el registro de varias viviendas en la capital leonesa se recuperaron muchas de las joyas que la víctima portaba el día en que fue atacada por los dos condenados.