La Comunidad sustituye forestales por cámaras para detectar fuegos

  • Desde 2008 prescinde de 321 operarios contra el fuego.
  • Mientras, instala videovigilancia en torres vigía del suroeste.
  • "Deben complementar al ojo humano, nunca suplirlo", avisan los técnicos.
Efectivos del Plan de Incendios Forestales de Madrid (Informa), durante un simulacro reciente.
Efectivos del Plan de Incendios Forestales de Madrid (Informa), durante un simulacro reciente.
Comunidad de Madrid
Efectivos del Plan de Incendios Forestales de Madrid (Informa), durante un simulacro reciente.

Desde 2008, Aguirre ha prescindido de 321 trabajadores para la lucha contra los incendios forestales. Aquel año se desplegó una plantilla de 2.711 personas, entre bomberos, brigadistas, forestales y auxiliares. Este verano se ha reducido a 2.390 efectivos, según datos del Plan de Incendios Forestales regional. En paralelo a esta reducción de personal, la Comunidad ha ido ensayando un nuevo sistema de detección de incendios forestales mediante cámaras de videovigilancia, destinadas a suplir a parte de los vigías. Los aparatos funcionan ya, desde hace apenas dos meses, en los bosques del suroeste regional, coincidiendo con la campaña estival de "alto riesgo" forestal, según fuentes de la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior.

De momento, las cámaras están operativas en cuatro puntos del suroeste: Navas del Rey, San Martín de Valdeiglesias, Valdemaqueda y Robledo de Chavela. El despliegue cubre 60.000 hectáreas (el 14,3% del terreno forestal madrileño) y "el objetivo es extenderlo al resto de puestos de vigilancia de la región durante los próximos años", explicó a 20 minutos el director general de Protección Ciudadana, José Antonio Pérez.

En principio, el sistema está pensado como complemento a la labor de los vigías humanos. Aunque la tendencia es ir supliendo a algunos trabajadores por las máquinas: "De momento no podemos prescindir del factor humano, pero se irá sustituyendo por las cámaras conforme se avance en la tecnología. El futuro es evolucionar en esa línea", apuntó Pérez. Por si no hubiera quedado suficientemente claro, "los vigilantes no van a desaparecer del todo, pero sí se van a ir sustituyendo".

Para la Comunidad, este despliegue solo tiene ventajas, sobre todo "porque la vigilancia deja de ser temporal; las cámaras están instaladas todo el año y mandan imágenes constantemente". Los dispositivos "analizan las tonalidades de grises y detectan los humos provocados por un incendio". A continuación, salta una alarma que llega a la central y envían a una brigada móvil a analizar la situación para atajar el fuego. "Es un sistema redundante y fiable. Es mejor tener a los trabajadores en movimiento que parados en una torreta", aseguran fuentes regionales.

Sin embargo, los expertos no pueden ocultar sus recelos: "Si funciona, es un buen avance. Pero, ¡cuidado!, siempre como complemento al ojo humano, nunca para suplirlo. Debe haber un equipo de campo que lo corrobore en el mismo escenario", explica el secretario general del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, Raúl de la Calle. Mientras, el representante de los Bomberos en CC OO, Pedro Campos, va más allá: "A veces ni siquiera funciona, se cae el sistema, hay problemas eléctricos y se inutiliza. Las máquinas fallan más que el ser humano". Además, temen que haya falsas alarmas: "Puede confundirse el humo de una chimenea con un incendio", dice De la Calle.

Plantilla en cuadro

Por otra parte, los operarios del plan antiincendios de la Comunidad denuncian que la plantilla se encuentra "en cuadro". Durante el primer mes del despliegue (iniciado el 15 de junio), "las torres de vigilancia de zonas como Arganda, Santa María de la Alameda o Villaviciosa de Odón han estado cerradas; solo se cubrió la mitad de los 40 puestos de la región; y solo ha habido 7 brigadas de las 19 que hubo en 2011", destaca Benito Laiz, trabajador del equipo contratado para verano y representante del sindicato SUT. Ante esto, Protección Ciudadana asegura que hubo "problemas laborales que están en vías de solución; pero, aun así, el operativo es potentísimo, más que suficiente".

"Extinción, bien; prevención, fatal"

Los técnicos forestales dan una de cal y otra de arena a la labor de Aguirre contra el fuego. "En extinción se cumple de sobra, hay medios suficientes, coordinación... Pero en prevención se hace fatal: cualquier pequeño fuego se puede convertir en un gran incendio porque no se actúa en invierno para desbrozar, cuidar cortafuegos o sensibilizar a los agricultores", advierte Raúl de la Calle, máximo responsable del Colegio de Forestales. Una quema descontrolada de rastrojos arrasó 300 hectáreas el jueves en El Vellón.

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