Países divididos discuten en Río el futuro del desarrollo sostenible

  • La financiación del modelo de economía verde será lanzado en la Conferencia de la ONU para el Desarrollo Sostenible Río+20.
  • El modelo a seguir ha dividido a países ricos y pobres.
  • Los países más desarrollados, afectados por la crisis económica mundial, se resisten a asumir compromisos financieros.
  • Los menos desarrollados defienden la creación de un fondo multilateral.
  • Rio+20 se celebra 20 años después del encuentro en Río en 1992, donde se gestaron las semillas de compromiso de Kyoto.
Un niño indígena asiste a la "Ceremonia del fuego sagrado" el 13 de junio de 2012, durante sus actividades relacionadas con la Cumbre de Desarrollo Sostenible de la ONU RIO+20 en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil).
Un niño indígena asiste a la "Ceremonia del fuego sagrado" el 13 de junio de 2012, durante sus actividades relacionadas con la Cumbre de Desarrollo Sostenible de la ONU RIO+20 en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil).
EFE/ Marcelo Sayão
Un niño indígena asiste a la "Ceremonia del fuego sagrado" el 13 de junio de 2012, durante sus actividades relacionadas con la Cumbre de Desarrollo Sostenible de la ONU RIO+20 en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil).

La financiación del modelo de economía verde que será lanzado en la Conferencia de la ONU para el Desarrollo Sostenible Río+20 ha dividido a países ricos y pobres en la ronda final de las negociaciones que comenzó este miércoles en Río de Janeiro, señalaron fuentes diplomáticas.

Los países más desarrollados, afectados por la crisis económica mundial, se resisten a asumir compromisos financieros, mientras los menos desarrollados defienden la creación de un fondo multilateral dotado con cerca de 30.000 millones de dólares al año para financiar proyectos de desarrollo sostenible, principalmente en naciones pobres.

La etapa final de negociaciones se inició en Río de Janeiro a exactamente una semana de la de la apertura de la Cumbre que reunirá en esta ciudad brasileña a cerca de 130 jefes de Estado o de Gobierno, según la ONU. Los negociadores de las casi 180 delegaciones oficiales que comenzaron a circular por los pabellones del centro de convenciones Riocentro tienen de plazo hasta el miércoles 20 para refinar cerca del 75 por ciento de los puntos del documento final aún abiertos.

Cómo financiar los acuerdos

"Sin duda hay partes que exigen un mayor esfuerzo, entre las cuales los medios de implementación", reconoció el jefe de la delegación negociadora brasileña, Luiz Alberto Figueiredo Machado, en una rueda de prensa.

Los llamados "medios de implementación", uno de los cinco capítulos del documento, son los instrumentos necesarios para financiar y cumplir lo que sea acordado en la cumbre.

Para garantizar esos recursos, el Grupo de los 77 países en desarrollo (G77) y China proponen la creación del fondo de 30.000 millones de dólares por año, explicó Figueiredo Machado. El G77, integrado actualmente por 130 países y que agrupa a casi toda América Latina, África y las naciones del sur de Asia, se asoció a China para negociar en bloque durante la Río+20.

El grupo considera la creación del fondo como una forma de destrabar las negociaciones ante la resistencia de los tradicionales países donadores a comprometerse con recursos.

"La definición de los medios de medios de implementación es crucial, especialmente en una fase en que los tradicionales donadores sufren problemas económicos y, con dificultades para cumplir algunos compromisos ya asumidos, se resisten a asumir otros para el futuro", según el diplomático brasileño.

Los acuerdos no serán vinculantes

El secretario general de la Río+20, Sha Zukang, admitió que esas metas, reunidas en un compendio de compromisos e iniciativas voluntarias, serán perseguidas tanto por los gobiernos como por organizaciones no gubernamentales, aunque reconoció que no tendrán el poder de una convención como las que fueron acordadas hace veinte años en Río de Janeiro para el clima y la biodiversidad.

"No es un documento vinculante en términos jurídicos pero tiene una vinculación política muy fuerte para los estados miembros", aseguró.

Según Figueiredo Machado, a diferencia de hace 20 años, cuando se celebró también en Río la Cumbre de la Tierra, el mundo no necesita convenciones. "Lo que necesitamos son instrumentos legales vinculantes para actuar. La legislación ya existe. Lo que necesitamos es implementar lo que tenemos", manifestó el diplomático brasileño.

La ayuda del "fuego sagrado"

Centenares de indios procedentes de tres continentes se reunieron en Río de Janeiro para encender un "fuego sagrado" y dar inicio a 10 días de actividades paralelas a la Conferencia de la ONU.

La ceremonia se celebró en una aldea llamada Kari-oca, (a los habitantes de Río se les llama Cariocas por este motivo)  instalada por los propios indígenas en una zona selvática en el barrio de Jacarepaguá de Río de Janeiro, a unos cinco kilómetros del centro de convenciones que acoge la Río+20.

El líder nativo brasileño Marcos Terena explicó a periodistas que el objetivo del encuentro es presentar a los gobernantes que van a participar en la Río+20 su visión para la erradicación de la pobreza en el mundo y para proteger el medio ambiente.

Terena afirmó que los indígenas reivindicarán que el desarrollo sostenible incluya también "el pilar cultural" y el respeto a los pueblos originarios.

El líder de la etnia terena aseguró que las demandas de los indios tendrán una "visión global", por lo que no se llevará a la ONU ningún problema concreto como la construcción de hidroeléctricas en la Amazonía, que amenazan a varios pueblos brasileños.

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