Margarita tiene un sueño: poner en marcha en Manta (Ecuador), su ciudad natal, un taller textil que permita a algunos de sus paisanos acceder a un puesto de trabajo sin tener que emigrar.

Ella importaría las prendas y las vendería en su propio negocio: una tienda que abriría en Collado Villalba, donde vive.

El proyecto fue madurando en su mente, pero jamás pensó que su plan fuera factible... hasta ahora. Lo que hace que la idea de Margarita haya pasado de ser un castillo en el aire a un proyecto realizable se llama Programa de Codesarrollo y acaba de ser puesto en marcha por el Ayuntamiento de Collado Villalba (PSOE).

Iniciativa pionera

"Es algo pionero en Madrid, porque no se trata de un mero proyecto de cooperación al desarrollo ni de un simple servicio de creación de empresas para inmigrantes: es una mezcla de ambos", explican responsables del Área de Desarrollo Local.

Por ello, para poder participar hay que cumplir un requisito: que el negocio, además de estar afincado en Villalba, cree riqueza también en el país de origen del inmigrante.

El Ayuntamiento ha recibido hasta ahora medio centenar de proyectos que están siendo analizados para decidir cuáles son los más viables y los que mejor se adecuan a los objetivos del programa.

Entre estos y otros que se reciban en las próximas semanas en el Centro de Iniciativas Municipales (Rincón de las Eras, 10), los técnicos seleccionarán diez.

Sus artífices asistirán a un taller sobre gestión de empresas, participarán en módulos de comercio internacional y comercio justo y podrán beneficiarse de un fondo de microcréditos de hasta 40.000 euros sin garantía ni aval.

Inmobiliaria a distancia

Entre los proyectos presentados se encuentran otros como los de la peruana Carmen Susana Merino, que quiere poner en marcha una inmobiliaria que permita comprarse un piso en Quito, por ejemplo, sin moverse de Villalba.

O el de Mónica Macchiavelo, que pretende abrir una tienda de alimentos cultivados en sus tierras de Perú: espárragos, pimentón, mangos, papayas, maracuyás... "A mi proyecto todavía le falta un poco para estar maduro", explica esta joven de 28 años que desde que fue madre, hace diez meses, sueña con ser su propia jefa. "Cuando se lo comenté a mi peluquera, una  chica española, ella me habló del Programa de Codesarrollo. Me animó a plantear el proyecto... y aquí estoy".